(CNN) – Una nueva especie de árbol tropical descubierta en Camerún recibió recientemente el nombre del actor y defensor del clima Leonardo Di Caprio, quien había hecho campaña contra la deforestación rampante en la nación africana. Un nuevo estudio sugiere que es posible que el mundo deba presentar pronto una larga lista de otros campeones climáticos, y los investigadores estiman que todavía hay 9.000 tipos de árboles por descubrir.
Si bien la mayoría de las personas pueden tener dificultades para nombrar más de una docena de especies de árboles, el estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, reunió datos de todo el mundo para mostrar que hay aproximadamente 73.000 tipos de árboles en la Tierra y unos 9.200 se encuentran en paradero desconocido.
Es probable que casi un tercio de las especies de árboles no descubiertas sean raras con una dispersión limitada, dijeron los autores del estudio, lo que las hace especialmente vulnerables al cambio climático.
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En América del Sur, donde se cree que vive más del 40% de las especies de árboles no descubiertas, el clima ha sido históricamente estable, lo que significa que la flora no ha evolucionado para adaptarse a cambios repentinos.
Selva amazónica. (CNN)
Pero a medida que la crisis climática trae un clima más extremo y cambios en los patrones de temperatura y precipitación, los investigadores dicen que a estos árboles sudamericanos, en particular, les resultará difícil sobrevivir.
Peter Reich, coautor del estudio y director del Instituto de Biología del Cambio Global de la Universidad de Michigan y profesor distinguido de la Universidad McKnight de la Universidad de Minnesota, dijo que este estudio trata de saber lo que tenemos antes de que se acabe.
“Sabemos que estamos perdiendo árboles por la deforestación y el cambio climático; las especies se están extinguiendo. Y eso es importante”, dijo Reich. “Pero en realidad, saber lo que tienes antes de perderlo es importante”.
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Los árboles son una de las floras más grandes y extendidas del mundo y son una parte importante de la biodiversidad del planeta. Sacan el dióxido de carbono del aire , producen oxígeno respirable y son el hogar de muchos insectos y pájaros. La biodiversidad entre los árboles es imperativa para la estabilidad de los ecosistemas forestales, según el estudio, y la estimación de las poblaciones de especies de árboles facilita la priorización de los esfuerzos de conservación a medida que el cambio climático aprieta su control sobre el planeta.
“Al establecer un punto de referencia cuantitativo, este estudio podría contribuir a los esfuerzos de conservación de árboles y bosques y al descubrimiento futuro de nuevos árboles y especies asociadas en ciertas partes del mundo“, dijo Reich en un comunicado de prensa.
Esta investigación destaca lo poco que sabemos realmente sobre el magnífico organismo y ha dejado a los investigadores con ganas de aprender más.
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“Este tipo de estudios nos ayudan a comprender qué tan resistentes -los árboles- pueden ser frente al cambio climático”, dijo Reich. “Y cuanto menos resistentes son, solo agrega más información y presión sobre nosotros para resolver la crisis climática más temprano que tarde”.
Los investigadores combinaron dos fuentes de datos, de la Iniciativa Global de Biodiversidad Forestal y TREECHANGE, para crear la base de datos forestal más grande del mundo. Después de unir los dos conjuntos de datos, los investigadores utilizaron un modelo estadístico con datos sobre las especies de árboles conocidas para estimar cuántas probablemente aún no se han descubierto.
“Cada conjunto proviene de alguien que va a un bosque, se para y mide cada árbol, recopilando información sobre las especies de árboles, tamaños y otras características. Contar la cantidad de especies de árboles en todo el planeta es como un rompecabezas con piezas repartidas por todo el mundo”, dijo Jingjing Liang de la Universidad de Purdue, coautor del estudio y coordinador de la Iniciativa Global de Biodiversidad Forestal, en un comunicado de prensa.
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“Creo que, con suerte, este trabajo nos ayuda a comprender la urgencia de lo que estamos haciendo y nos ayudará a hacer cambios que en realidad ya sabemos cómo hacer en términos de cómo usamos la energía, cómo producimos energía, cómo crecemos nuestra comida, cómo vivimos en el planeta”, dijo Reich.
“Podemos hacer esos cambios porque ya sabemos que estos cambios se pueden hacer de una manera que sea económicamente neutral o beneficiosa”.
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