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Celulares, computadores, televisores y una cantidad infinita de aparatos eléctricos. Estos dispositivos se han transformado en algo indispensable para muchas personas, oficinas y hogares. Además, vemos cómo permanentemente están apareciendo nuevos modelos en el mercado. Pero, ¿Qué pasa con ellos después de su vida útil?
Lamentablemente la mayoría se va a la basura. El año pasado se generó una cifra récord a nivel mundial de 53,6 millones de toneladas de basura electrónica. Este número representa un aumento del 21% con respecto a la arrojada hace cinco años. Si no se toman medidas urgentes, los autores del informe Global E-waste Monitor 2020, advirtieron que para 2030 la cantidad anual de desechos electrónicos alcanzará los 74 millones de toneladas.
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“Es la insaciable voracidad por todos los tipos de aparatos electrónicos dotados de placas o baterías en todo el mundo por el aumento de la clase media a nivel global”, aseguró Ruediger Kuehr, director del programa SCycle de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) que es colaboradora del informe. El investigador además afirmó que la situación “está creando montañas de basura electrónica gracias también a las bajas tasas de recolección”.
Kuehr advirtió que la pandemia por el COVID-19, puede empeorar la situación durante los próximos años: “Más gente está trabajando y estudiando desde los hogares por lo que hay una mayor demanda de estos equipos”.
David Malone rector de UNU y vicesecretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que también gestiona el informe, expresó en un comunicado que “se necesitan de forma urgente esfuerzos sustancialmente más importantes para asegurar que la producción global, el consumo y la retirada de equipos electrónicos y eléctricos sea más inteligente y sustentable”.
Mijke Hertoghs, responsable de Medio Ambiente de la de la Unión Internacional de Telecomunicaciones y que participó en la redacción del informe, explicó que el año pasado se “quemó o dejó en los basureros de países en desarrollo -donde acaban la mayoría de los residuos- materiales como oro, plata, cobre, aluminio y otros con un valor aproximado de 57.000 millones de dólares“.
Radiografía de los desechos
Si observamos por continente, Asia aparece como la zona donde se generó mayor basura electrónica en 2019 con 24,9 millones de toneladas. Es seguido, por América con 13,2 millones de toneladas, Europa con 12 millones, África con 2,9 millones y Oceanía con 0,7 millones. Sin embargo, si se estudia por cantidad de habitantes, Europa encabeza la lista con 16, 2 kilogramos per cápita. Oceanía ocuparía el segundo lugar con 16,1 kilos por habitante mientras que América sumó 13,3 kilos, Asia 5,6 kilos y África 2,5 kilos.
En cuanto a las categorías de los desechos, 17,4 millones de toneladas fueron pequeños equipos electrónicos, 13,1 millones de toneladas equipos de grandes dimensiones, 10,8 millones de toneladas fueron equipos de intercambio de temperatura (como aires acondicionados y frigoríficos). Las pantallas y monitores sumaron 6,7 millones de toneladas, los equipos de telecomunicaciones y otros, 4,7 millones de toneladas, y lámparas, 0,9 millones de toneladas.
El informe reveló que la categoría de basura electrónica que más ha aumentado desde 2014 es la de aires acondicionados, frigoríficos y similares, con un incremento del 7 %. Se estima que, en 2019, se emitieron a la atmósfera el equivalente a 98 millones de toneladas de dióxido de carbono procedentes de frigoríficos y aires acondicionados tirados a la basura, lo que supuso un 0,3 % de las emisiones globales de gases con efecto invernadero.
¿Qué hacer con la basura electrónica?
Irina Reyes miembro del directorio de Fundación Basura explica a Desafío Tierra que los residuos electrónicos o “e-waste”, no solo son desechos muy contaminantes para el medio ambiente ya que polucionan las napas de agua y suelo. “Sino que también es un peligro para la salud de las personas y otros seres vivos”. Detalla que estos artefactos contienen mercurio, plomo cadmio y otros elementos “que, al ser manipulados sin los cuidados necesarios, puede generar que se liberen y provoquen daños a corto y largo plazo”.
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Actualmente el Ministerio de Medio Ambiente está trabajando en el anteproyecto del reglamento de este tipo de residuos, considerados como prioritarios en la ley Marco para la Gestión de Residuos y Responsabilidad Extendida del Productor (REP). “Pretende que las empresas productoras se hagan cargo de los residuos electrónicos. Es importante conocer los diagnósticos que puedan estar realizando donde se especifiquen cuáles serán los residuos que se van a normar”, dice Reyes.
Además, asegura que las personas jamás deberían botar estos artículos a la basura, “deberíamos buscar los puntos de recepción y entender que los equipos tienen baterías y partes y piezas altamente nocivas. La representante de Fundación Basura, expresa que “se necesitan campañas de sensibilización y educación socio ambiental, de la mano de puntos autorizados para la recepción de este tipo de residuos”. Concluye que, por cierto, se debe continuar fomentando la reutilización y reparación.
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