Mientras la mirada internacional se mantiene en la vacuna de Reino Unido y China, hay un trabajo en paralelo, se trata de un cóctel de anticuerpos que podría ayudar en etapa preventiva a causar efectos secundarios o sintomatología más grave.
La investigación a cargo de científicos de la Universidad de Columbia estudió a 40 pacientes. Analizaron los anticuerpos de SARS-CoV-2 e identificaron 61 tipos de cinco personas que ya no tenían el virus. Otros nueve mostraron potencia para neutralizarlo.
David Ho, es profesor de la Universidad de Columbia y quien dirige el proyecto. A The Guardian señaló que aislaron específicamente anticuerpos muy potentes que pueden ser producidos en masa y luego administrados.
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“Asumiríamos que estos podrían usarse para prevenir o tratar Sars-Cov-2. Estaríamos tratando de tratar temprano en el curso de la infección, particularmente aquellos en riesgo de desarrollar una enfermedad grave como los ancianos y aquellos con enfermedades subyacentes”, señaló Ho.
Si bien, promete ser una alternativa viable e ir en buen camino, el mundo científico analiza con detención y cautela dichos tratamientos.
Ximena Fernández, epidemióloga y académica UCEN comenta que para usar una vacuna debe estar 100% aprobada, hay muchos prototipos en desarrollo pero ninguna por el momento ha alcanzado las fases avanzadas de los ensayos clínicos por lo que no podemos afirmar que ya hay una vacuna.
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“Por lo tanto los riesgos de que la gente crea que hay vacuna es más que nada una falsa seguridad porque mientras estas no existan y sean aprobadas no podemos decir que el virus ha sido controlado. Por otro lado, en cuanto a medicamentos, tampoco hay por el momento alguno que tenga efectos significativos y seguros para el tratamiento de la enfermedad aunque se han probado algunos medicamentos utilizados para otras infecciones virales que han mostrado buenos resultados, aun no hay claridad de las dosis requeridas para el COVID-19 y, por tanto, no se puede asegurar que no hayan efectos secundarios importantes”, agregó Fernández.
Aún en desarrollo y con etapas por enfrentar, mientras las farmacéuticas podrían generarlos y transfundirlos a la sangre para combatir el virus.
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