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A primera vista, el pez remo americano y el esturión ruso parecen ser dos peces completamente diferentes.
El esturión ruso, cuyos huevos son utilizados para la confección de los más finos caviares, es un carnívoro que se alimenta de crustáceos y peces más pequeños de ríos, lagos y áreas costeras del mundo.
En cambio, el pez remo americano es un consumidor de filtrado que se alimenta puramente de zooplancton; y cuentan con narices cómicamente largas cubiertas de decenas de miles de receptores sensoriales.
Y aún así, cuando la esperma de este curioso pez fecundó a los huevos del esturión ruso en un laboratorio, surgió una forma de vida, en una especie de híbrido de estas dos especies.
“Tuve que re-comprobarlo cuando lo ví”, aseguró Solomon David, ecólogo acuático de la Universidad del Estado de Nicholls en Louisiana, Estados Unidos. “No podía creerlo. Pensé ¿una hibridación entre un pez remo y un esturión? Imposible”, agregó.
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Los investigadores húngaros que accidentalmente crearon a este híbrido, reportaron su hazaña en un estudio publicado en la revista Genes. En internet, el curioso pez recibió el nombre de sturddlefish, y la criatura es la prueba de cómo animales que parecen ser muy distintos, pueden tener más en común de lo que se creía.
Los esturiones y peces remos se encuentran dentro de los más grandes, longevos y de lento crecimiento animales acuáticos del planeta; también se encuentran dentro de los más amenazados.
De hecho, el pez remo es la única especie que existe luego de haber sido declarada extinta por China, y los esturiones están “más críticamente amenazados que cualquier otro grupo de especies“, aseguraron desde la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Pérdida de su hábitat, la sobreexplotación de la pesca y la contaminación han dañado fuertemente a estos peces a lo largo del último siglo, razón de la porque Attila Mozsár, investigador senior del Centro de Investigación para la Pesca y la Acuicultura de Hungría y coautor del estudio, han tratado de reproducirlos en cautiverio.
En 2019, los investigadores estaban tratando de inducir una forma de reproducción asexual que requiere la presencia de esperma, pero no de los esturiones rusos machos en específico.
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Dentro de este proceso, algo inesperado ocurrió: la esperma de los peces remos que utilizaron estos investigadores, fertilizó exitosamente los huevos de los esturiones.
“Nunca quisimos jugar con la hibridación. Fue total y completamente sin intención”, aseguró que doctor Mozsár a The New York Times.
Cientos de híbridos emergieron de dichos huevos y a más de un mes del accidente, más de dos tercios lograron sobrevivir. Alrededor de 100 de éstas criaturas siguen vivas al día de hoy.
Estos animales son tan evolutivamente diferentes como lo son humanos y ratones, lo que hizo que asumieran que este mix no era posible. Sin embargo, los sturddlefish que crearon estos húngaros exhibieron rasgos de las dos especies: carnívoros como su madre, pero con las aletas y narices de sus padres.
Este hallazgo sugiere que diferentes especies pueden tener mucho más en común de lo que se piensa, ya que en algunas de éstas criaturas el ADN de ambas partes se mezcló casi perfectamente.
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