La particular teoría sobre por qué nunca hemos encontrado civilizaciones avanzadas fuera del planeta

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¿Estamos solos en el Universo? Esa es una de las más grandes interrogantes que ha intrigado por siempre a los humanos.

Ahora, Alexander Berezin, físico teórico ruso de la Universidad Nacional de Investigación de Tecnología Electrónica (MIET), propone una nueva, preliminar y un tanto desalentadora teoría sobre por qué aún no hemos confirmado vida fuera de la Tierra.

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Esta pregunta se conoce como la “Paradoja de Fermi”, es decir, la desconcertante contradicción entre la existencia de miles de millones de estrellas en el Universo y la imposibilidad de encontrar algún signo de otra civilización avanzada.

“Una paradoja es un hecho que pareciera que es contrario a la lógica. En ese caso, la Paradoja de Fermi hace referencia a lo poco lógico que es que no tengamos contacto con ninguna civilización extraterrestre, dado que hay tantas estrellas, por ejemplo, en nuestra galaxia”, nos explica la divulgadora científica y licenciada en Ciencias mención Astronomía de la U. Chile, Francisca Contreras. 

“Cada una de ellas puede albergar un sistema planetario. Y cualquier planeta a la distancia correcta de su estrella puede tener agua. Aún así, no hemos contactado nunca con ninguna civilización y lo hemos intentado”, añade.

Berezin propone una posible solución o hipótesis a esa paradoja, la que denominó “Primero en entrar, último en salir”, cuyas resoluciones fueron publicadas en el portal arXiv.

Lo que asegura el físico es que será la primera civilización que consiga viajar a otras galaxias la que necesariamente eliminará a toda la competencia, con el fin de garantizar su expansión.

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El autor explica: “No estoy sugiriendo que una civilización altamente desarrollada pudiera exterminar conscientemente a otras formas de vida. Más probablemente, lo harían sin darse cuenta, al igual que un grupo de obreros destruye un hormiguero para construir un edificio, simplemente porque carecen de cualquier estímulo para protegerlo.

¿Están ahí?

Para comprender la sombría suposición del ruso, hay un elemento clave que se debe analizar: el “parámetro A”. Así, en su estudio lo relevante no es cómo pudiesen ser esas posibles civilizaciones extraterrestres, sino que puedan ser detectables desde la Tierra. Si una civilización no tiene la capacidad de alcanzar el parámetro A para ser detectable a través de viajes estelares, transmisiones comunicacionales o por otros medios, podría existir, pero para nosotros es igual como que no hubiese estado ahí nunca.

Entonces, tomando los principios de “primero en entrar último en salir”, ¿seremos la civilización más avanzada capaz de lograr el parámetro A, o nos veremos aniquilados por otros? Para Berezin, seremos probablemente los primeros en alcanzar la etapa interestelar y, por ende, los últimos en partir.

“Esa solución sería difícil de aceptar, ya que predice un futuro para nuestra propia civilización que es incluso peor que la extinción”, dice el paper.

Así, su estudio sugiere que existe la posibilidad de que el ser humano no vaya a encontrar nunca una raza extraterrestre más avanzada que él y, por tanto, podrían ser los avances de la propia especie humana, los responsables de la destrucción de otras formas de vida.

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Esto no implica necesariamente que ejerceríamos una destrucción intencional, sino que simplemente podría desarrollarse como un sistema sin restricciones, más grande que los intentos de cualquier individuo para controlarlo. Algo así como el peligro de una inteligencia artificial (IA) o las propias consecuencias de nuestros sistemas.

“Por supuesto espero estar equivocado. La única manera de comprobarlo es seguir estudiando el universo y buscando vida extraterrestre”, manifiesta Berezin.

Cabe destacar que todas estas ideas se encuentran en el plano de hipótesis y posibles respuestas a la Paradoja de Fermi. Incluso, su estudio aún no ha sido revisado por otros científicos ¿Quieres saber más del documento? Encuéntralo aquí.