La crisis sanitaria generada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 se vuelve crítica porque los pacientes contagiados que desarrollan la enfermedad COVID-19 se deterioran rápidamente con el padecimiento respiratorio grave que genera, esto hace que se requieran más respiradores artificiales de los que el mundo entero disponía antes de la pandemia.
Por ello, en muchos países han surgido iniciativas que apuntan a desarrollar alternativas para suplir la demanda de estos ventiladores que pueden ser la diferencia entre la vivir o morir.
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En Chile, tenemos el Spiro Wave, un respirador artificial que acaba de llegar desde el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), un prototipo que podría ser utilizado para pacientes con dificultades respiratorias en el marco de la emergencia por coronavirus.
“Tiene prestaciones bastantes interesantes, que se acercan a un ventilador mecánico convencional de cuidados intensivos, sin embargo, sigue estando basado en un mecanismo muy rudimentario, que es simplemente mecanizar la bolsa de ventilación manual”, explica el doctor Alejandro Bruhn, jefe del Departamento de Medicina Intensiva UC.
Funciona similar al resto de los respiradores artificiales, pero es más sencillo. Lo desarrolló el MIT que durante esta contingencia ha trabajado a toda máquina en su mejoramiento.
“La idea de enviarlo a Chile básicamente no era usarlo en pacientes, sino para que nos sirva por ver cómo y dónde podemos avanzar“, asegura el doctor Bruhn.
Este equipo simula los pulmones de un paciente y, por lo tanto, permite controlar la cantidad de aire que entra al cuerpo y reemplazar el mal funcionamiento del órgano. “El equipo está ventilando al paciente simulado. Simulamos a un paciente menos grave que tiene un pulmón bastante más suelto y vemos que en una misma programación del ventilador, las presiones que se generan son más bajas”.
Su funcionamiento en esta etapa de prueba ha sido aplaudido, el doctor Bruhn dice: “Una ventilación que llamamos pasiva. Es decir, el equipo se hace cago por completo de la ventilación y el paciente está sedado y sin actividad respiratoria espontánea”.
La idea es utilizar este prototipo para fabricar localmente ventiladores. El Ministerio de Ciencia será el encargado de garantizar ese proceso de desarrollo para las 26 iniciativas.
Sobre la llegada de estas máquinas a nuestro país, el ministro de Ciencia y Tecnología, Andrés Couve, sostiene: “Estos equipos tienen diseños y planos abiertos de libre acceso, pero ahora también contamos las máquinas para estimular a nuestra comunidad de innovación. Tenemos que hacer dos cosas. Por un lado, promover la innovación, y por otro, articular que un sistema público para que tengamos estándares de calidad”.
En este sentido, el Hospital Clínico de la Universidad Católica tiene un centro de simulación para especialistas donde se está educando a médicos para generar procesos de intubación respiratoria.
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Si bien, están a prueba, según expertos es necesario entender que las máquinas no resuelven el problema en su totalidad.
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