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Ha estado ocupada orbitando y observando a Júpiter y a sus lunas por cuatro años ya. Sin embargo la nave espacial científica Juno todavía tiene mucha información que entregarnos.
Por primera vez, capturó imágenes del polo norte de uno de los objetos más extraños del Sistema Solar: la luna Ganimedes.
En estas, se puede observar cómo la constante lluvia de plasma proveniente de la magnetosfera de Júpiter ha alterado dramáticamente la superficie del gélido satélite.
La más impresionante luna de Júpiter
De hecho, Ganimedes es bastante sorprendente; con una extensión 5.268 kilómetros, la luna es la más grande y densa de todo el Sistema Solar. Incluso, el satélite es más grande que cualquier planeta dentro de la categoría “enana” y, además, es más que Mercurio (aunque no más densa).
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Esta consiste de hielo y rocas de silicato, con una concha gélida recubriendo un océano de agua, alrededor de un centro de hierro líquido. Este núcleo le da otra característica particular: es la única luna del Sistema Solar que tiene su propia magnetosfera.
Debido a que este satélite orbita Júpiter al interior de un campo magnético, la magnetosfera de la luna también se ve envuelta en éste. Dicho roce crea ondas de plasma impresionantemente fuerte, debido a que los electrones aceleran junto con las complejas líneas del choque de magnetismos.
Esta aceleración a lo largo del campo magnético tiene otro efecto: la aurora. Acá en la Tierra, dichas partículas se canalizan y viajan hacia las regiones polares, donde interactúan con los átomos de la atmósfera produciendo preciosos espectáculos de luz.
Aún así, Ganimedes tiene una atmósfera bastante frágil, por lo que la proporción de plasma que termina en la superficie lunar es bastante grande. En las imágenes recientemente analizadas, tomadas por el Instrumento Mapeador Auroral Joviano de Juno (JIRAM), se muestra que el efecto de la constante lluvia de plasma es bastante notorio.
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“La información del JIRAM demuestra que el hielo de (y de los alrededores) del polo norte de Ganimedes se ha visto modificado por la precipitación de plasma”, aseguró Alessandro Mura, científico planetario y coinvestigador del proyecto Juno del Instituto de Astrofísica Nacional de Italia.
“Este es un fenómeno que fuimos capaces de ver por primera vez con Juno debido a que se puede percibir en la totalidad del polo norte del satélite“, agregó el experto.
El hielo de ambos polos de Ganimedes tienen diferentes firmas infrarrojas en su hielo, que el Ecuador del planeta. Y diferentes análisis revelaron que esta constante lluvia de plasma alteró la estructura de los cristales de hielo.
En la Tierra -y en gran parte de la superficie de Ganimedes- las moléculas de hielo se organizan en ordenados patrones hexagonales. Pero en determinadas condiciones, esta formación puede ser alterada.
Dicha forma desordenada se conoce como “hielo amorfo”, el cual es bastante común en el polvo de las nubes interestelares del espacio, cometas o cuerpos de hielo.
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