Los humanos podrían tener la habilidad de crecer extremidades perdidas, luego de que científicos de la Universidad de Harvard descubrieran el interruptor del ADN que controla los genes de “regeneración corporea completa”.
Algunos animales pueden concretar la extraordinaria tarea de reparar partes de su cuerpo, tal es el caso de las salamandras, que pueden hacer crecer sus patas. O geckos que pueden desprender sus colas cuando se sienten amenazados por posibles depredadores, y desarrollar una nueva en cosa de meses.
Los gusanos planarios, medusas y anémonas llegan incluso más lejos, pudiendo regenerar completamente sus cuerpos, incluso luego de haber perdido la mitad de estos.
Ahora expertos han descubierto que en el caso de los gusanos, una sección de ADN no codificado controla la activación de un “gen de control maestro” llamado Respuesta de crecimiento temprano (EGR, por sus siglas en inglés), el cual actúa como un interruptor que puede encender o apagar la regeneración.
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“Somos capaces de aumentar la actividad de este gen y descubrimos que si no tienes el EGR, no pasa nada”, afirmó el Dr. Mansi Srivastava, profesor asistente de Biología Organismica y Evolucionaria de Harvard, para Yahoo News.
Los estudios se realizaron en gusanos pantera de tres rayas. Los científicos descubrieron que durante la regeneración el ADN comprimido de sus células comienza a desenvolverse, permitiendo a nuevas áreas activarse.
La real implicancia: Los humanos también tienen el EGR, y pueden producirlo cuando las células están estresadas y en búsqueda de reparación, aún así no parece despertar una regeneración a larga escala.
Los expertos creen que el gen maestro está conectado diferente en humanos y en animales, por lo cual decidieron buscar la manera de cambiar el circuito para que beneficie a los humanos.
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Andrew Gehrke, estudiante pos doctoral de Harvard, cree que la respuesta yace en el área no codificada del ADN. Antes se creía que esta parte “basura” de los códigos genéticos no servían para nada, pero en investigaciones recientes se ha descubierto que tiene un gran impacto en nuestros genes.
“Sólo un 2% del genoma realiza cosas como proteinas”, declaró Gherke. “Queremos saber: ¿Qué es lo que hace el 98% restante durante la regeneración de cuerpo completo?“, agregó.
En 2016, un científico japonés reportó que a 3 meses de la muerte de su mascota medusa, algo como una anémona salió del cuerpo en descomposición y luego, sorprendentemente, rejuveneció volviendo a un estado infante.
En los ’90, un grupo de expertos italianos descubrió que la medusa turritopsis dohrnii cambia de edad a voluntad, por lo cual la denominaron como “la medusa inmortal”.
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“La pregunta es: Si los humanos pueden activar el EGR, además de curar células dañada ¿por qué no nos podemos regenerar? Creemos que las conexiones están cambiadas y lo que estos genes determinan en humanos, es diferente que definen en otros animales”, concluyó Srivastava.
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