Durante décadas los científicos han creído que la musaraña elefante somalí o sengli somalí, había desaparecido de la faz de la Tierra. Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, logró localizar nuevamente a este diminuto mamífero. Su registro, luego de 5o años, no fue en Somalia -país del que se creía era una especie endémica- sino que en Yitbuti.
Esta escurridiza criatura es pariente del elefante, pero es pequeña como un ratón y puede correr hasta 30 kilómetros por hora. Posee un largo y delgado hocico y prospera en paisajes áridos y rocosos.
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En 1968 fue la última vez que se vio un ejemplar vivo de esta especie. En la década de los ’70, la ciencia lo declaró desaparecido, quedando solamente los 39 especímenes conservados que se encuentran en los museos de historia natural como la única evidencia física de que existió. Incluso, el grupo Global Wildlife Conservation lo incluyó en su lista de las “25 especies perdidas más buscadas”.
Durante una expedición en 2019, un grupo de investigadores descubrió que este animal todavía deambulaba por la naturaleza, y pudieron identificar que no se restringía a la zona de Somalia. La misión de investigación buscaba diferentes tipos de sengis en Yitbuti, una pequeña nación costera del Cuerno de África que limita con Somalia, Etiopía y Eritrea.
El equipo de la Universidad de Duke instaló más de 1.250 trampas en 12 áreas diferentes y utilizaron mantequilla de maní, avena y levadura como cebo. También les mostraron fotografías de musarañas elefantes a los lugareños, quienes pudieron reconocerla fácilmente.
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“Nuestras entrevistas con pueblos nómadas y pastores locales indicaron que ven sengis con regularidad y siempre nos dijeron el mismo nombre común (Wali sandheer)”, aseguró Houssein Rayaleh de la Asociación Djibouti Nature, que participó de la búsqueda.
El investigador agregó que él también había visto a este mamífero en sus 21 años de trabajo de campo en el país, pero nadie sabía si se trataba específicamente de la musaraña perdida. “Sin documentación formal, se desconocía la especie de sengis en Yitubi”, declaró Rayaleh.
El grupo de científicos también incluyo al experto mundial en musarañas elefante Galen Rathbun. El biólogo estadounidense había estado estudiando a las criaturas durante años, pero nunca había visto un sengi somalí vivo, comentó el investigador Steven Heritage, del Centro Lémur de la Universidad de Duke.
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“Así que cuando abrió la primera trampa y me miró, y vio la cola peluda del animal, me miró y me dijo: No puedo creerlo, nunca había visto uno”, aseguró Heritage. Lamentablemente, Rathbun murió de cáncer poco después de la expedición.
Finalmente, los investigadores pudieron recolectar doce especímenes del mamífero. Sus hallazgos prueban que “el sengi somalí existe actualmente y vive mucho más allá de las fronteras de Somalia”, declararon los científicos en su estudio publicado en la revista PeerJ.
Como próximos pasos, el equipo planea una nueva expedición para conocer mejor la especie, ya que creen que podría estar viviendo también en Somalia y Etiopía. Además, en las zonas donde habitan no existen amenazas que pongan en peligro su supervivencia.
“Sus hábitats no están amenazados por la agricultura y el desarrollo humano. Son entornos muy áridos donde no hay un futuro previsible para la agricultura”, explicó Heritage.
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Por otro lado, los especialistas han recomendado que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) reevalúe su clasificación para el sengi somalí en su lista, y que cambie la categoría de “Datos insuficientes” por “Preocupación menos”.
“Por lo general, cuando redescubrirmos especies perdidas, encontramos sólo uno o dos individuos y tenemos que actuar rápidamente para tratar de prevenir su extinción inminente”, afirmó Robin Moore de Global Wildlife Conservation. Además, añadió que este descubrimiento aumenta la esperanza para todas aquellas especies que se cree que están “perdidas”.
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