Una de las primeras cosas que pierde un paciente de COVID-19 cuando es hospitalizado, es el contacto con sus seres querido, incluso con el personal médico que lo atiende. Para que este aislamiento sea más llevadero, fue creado el primer robot social chileno. Bautizado como Pudú, forma parte de la tecnología nacional que servirá como asistente y comunicación de quienes luchan por su vida.
Para conocer más sobre este desarrollo, Paloma Ávila conversó con Javier Ruiz del Solar, director del Centro e Investigación en Chile en Tecnología Aplicada a la Minería (AMTC).
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“Pudú es un robot social, que está diseñado y construido para interactuar con personas. Es un robot con el cual uno puede conversar y el cual permite comunicar a una persona con su entorno. Su entorno pueden ser otras personas o puede ser Internet, por ejemplo. En el contexto del COVID el principal uso que tiene Pudú es poder comunicar a personas, que se encuentran aisladas, en forma segura con otras personas”, explicó Ruiz del Solar.
El director de AMTC asegura que Pudú puede darle a un paciente grave de COVID-19 la posibilidad de comunicarse con sus familiares cuando está hospitalizado y aislado, un momento de mucha soledad para las personas que atraviesan la enfermedad.
“El robot lo que hace es él ingresar hasta donde tenemos esta persona enferma que se encuentra aislada y a través del robot esta persona se comunica ya sea con su familia, que no puede ir a verla al hospital o está en una sala de recepción del hospital, y también comunicarse con el personal de salud”, sostuvo. Además, añadió que el robot es teleoperado y cuenta con sensores que impiden que choque con paredes u objetos.
Pudú fue creado a fines de 2019, inicialmente bajo el nombre de Jaime. Un robot casero, destinado a cumplir y asistir en tareas básicas. Pero con la pandemia sus creadores tuvieron que adaptarlo rápidamente.
“Este era un robot social de propósitos general. Propósito general significa que sirva para muchas tareas, que pueda ser usado en muchos entornos. Entonces nos imaginamos originalmente este robot para que estuviera en una casa. Como iba a estar en una casa, iba a ser un mayordomo y por eso su nombre Jaime”, agregó Ruiz del Solar.
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A su vez, sostuvo que el robot puede comunicar, pero también entregar dosis de medicinas, y su diseño actual está pensado para ser funcional en entornos hospitalarios. “Esta forma de tótem, que puede parecer muy simple y muy minimalista. El robot podría ser mucho más sofisticado en cuanto a su cuerpo, pero en los recintos hospitalarios hay algo que es súper importante y es que todo los equipos que se usan, se puedan sanitizar rápidamente y en forma segura. Por eso está esa forma. Intencionalmente, como digo, muy simple y muy minimalista”, añadió.
Respecto al costo de Pudú, Ruiz del Solar dijo que “esto de caro o no caro es bastante relativo. Yo diría que el costo, sin considerar las personas involucradas, es aproximadamente 1.300.000 por robot“.
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