¿Por qué nos cuesta concentrarnos en el confinamiento?

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Según una encuesta realizada por la Mutual de Seguridad en conjunto con Cadem, un 46% de las personas encuestadas considera que trabaja más mediante teletrabajo que desde sus respectivas oficinas. El 42% de las mujeres declararon tener mayor dificultad para realizar teletrabajo -en comparación del 32% arrojado por los hombres- ya que sienten una responsabilidad más alta de compatibilizar trabajo con hogar. Por otro lado, más del 60% de los entrevistados, extraña la relación con sus compañeros laborales.

Sabemos que el escenario es complejo y también que cuesta más mantenerse concentrado. “Uno tiene a toda la familia metida en la casa. Normalmente cuando uno hace teletrabajo, uno tiene la opción de irse a un café, normalmente los hijos están en el colegio, entonces ahora, las posibilidades de desconcentrarse son mayores”, explica para Futuro 360 Ninoshka Fasce, experta en gestión de personas, directora del Magíster de Capital Humano y académica de la Universidad de Chile. La profesional agrega que “la gente que no está acostumbrada a hacer teletrabajo no tiene compartimentado el día, es decir, todo el día está trabajando, mientras ve temas de la casa”.

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La recomendación es enfocarse en una cosa a la vez. “Una buena alternativa es hacer periodos de tiempo más cortos. A algunas personas les funciona poner el temporizador por treinta minutos. Entonces dedica ese tiempo al trabajo. Luego treinta minutos a la casa, para después de ello volver otros treinta minutos al trabajo”, expresa Fasce. Sobre por qué nos podemos sentir desconcentrados, explica: “El estar preocupados eleva los niveles de ansiedad. Los niveles de ansiedad elevan nuestros niveles de cortisol y ellos hacen que mi capacidad de atención disminuya, complicando el alcanzar nuestras propias metas”.

La especialista asegura que muchas de nuestras preocupaciones pueden ser reales y se sustentan en hechos que están pasando, por esto es importante establecer un tiempo definido para conversar con alguien y ver qué se puede hacer.

“Pero no dedicarse a rumiar las preocupaciones, porque no tiene ninguna utilidad, sino ver qué es lo que me produce temor y anotarlo, anotar todas aquellas cosas y ver qué puedo hacer al respecto”.

Cambiar hábitos no es algo que ocurra de un día para el otro. Se puede comenzar por identificar las cosas que nos obstaculizan la adaptación. “Si bien somos capaces de modificar nuestras costumbres, esto lleva un tiempo en consolidarse. Muchas veces, por pensar que la situación duraría menos de lo que ha durado, no hemos destinado un lugar fijo para trabajar, teniendo que estar moviéndonos por la casa cada vez que queremos conectarnos”, explica para Futuro 360 el psicólogo laboral Julián Sepúlveda.

En el caso de las preocupaciones, asegura que afectan en gran medida y que “toda vez que estamos preocupados por algún agente externo, o interno, usamos una parte de nuestra capacidad de atención en esta preocupación”.

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Las recomendaciones para este periodo son variadas, “Destinar tiempos claros para ver noticias, puede ser por la mañana y por la tarde, por ejemplo. Además, es importante poder mantenerse conectado no solamente con aquellas cosas que nos ponen ansiosos, sino que buscar otro tipo de intereses. Aprovechemos este tiempo para conectarnos con nuestros seres queridos, para conectarnos con nuestros intereses y aquello que nos motiva. No todo tiene que ser coronavirus, también podemos compartir un momento con otros o con nosotros mismos” indica el psicólogo.