No es grande, de hecho es del porte de un bombón, y podría haber sido fácilmente desechado por alguien que no supiera de qué se trata.
Sin embargo, ésta pequeña pieza de vidrio trabajado fue desenterrada durante una excavación en Lindisfarne y se reveló que se trata de un raro tesoro arqueológico que enlaza a la Isla Northumbrian con los Vikingos, al comienzo de uno de los periodos más turbulentos de la historia de Inglaterra.
Los arqueólogos creen que el objeto, hecho de una mezcla de vidrio azul y blanco con una pequeña “corona” de bolitas del material, es la pieza del tablero de un juego de mesa que los Vikingos llamaban hnefatafl (“la mesa del rey), o al menos una versión británica y antigua del juego.
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No importa si se le cayó a un jinete nórdico mientras viajaba, o si le perteneció a un nativo local de alta alcurnia que imitaba las costumbres de los Vikingos, ésta pieza ofrece un enlace tangible entre el monasterio Anglosajón de Lindisfarne y la cultura que eventualmente lo conquistó.
Lindisfarne es reconocido por sus evangelios iluminados, los cuales fueron creados a comienzos del siglo 8, en el primer monasterio de la isla. Pero de acuerdo a los historiadores, la “Sagrada Isla” tiene una tremenda importancia ya que, en el año 793 ocurrió la primera gran invasión vikinga en Bretaña (o Irlanda), gatillando casi tres siglos de destrucción y ocupación que cambiaría dramáticamente el curso de Inglaterra.
La localización exacta del antiguo monasterio de madera no se conoce, las ruinas visibles de la isla son de una construcción más moderna, pero las excavaciones recientes en la isla por arqueólogos y voluntarios de DigVentures han localizado un cementerio y por lo menos un edificio.
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La pieza de tablero, descubierta en verano de 2019, surgió de una trinchera que se dice existe desde el siglo 9 u 8, de acuerdo al arqueólogo a cargo del proyecto, David Petts. Esta dataría de un periodo cercano al de las invasiones.
Aunque fuera jugado por monjes con alto poder adquisitivo o peregrinos antes de que los Vikingos atacaran, asegura Petts, muestra la temprana influencia de la cultura nórdica en el atlántico norte.
“En muchas ocasiones pensamos en la cristiandad del medo evo temprano, especialmente en las islas, como terrible y austera: que todos tenían una vida brutal y dura. La alta calidad de ésta pieza sugiera que no se trataba de un tablero de juegos cualquiera. Alguien en la isla estaba viviendo un estilo de vida acomodado, casi de élite“, concluyó el Petts a The Guardian.
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