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En medio de la pandemia, Nueva Zelandia ha sido uno de los países elogiados por mantener la situación bajo control. Ubicado en la región de Oceanía y con más de cuatro millones habitantes, este país adoptó de forma temprana medidas como el cierre total de fronteras y cuarentena obligatoria. Junto con otras gestiones estrictas denominadas como “estrategias de eliminación”, han logrado mantener un escenario estable frente al virus SARS-CoV-2.
En este contexto favorable, igualmente existe una preocupación por encontrar formas para reactivar la economía y el trabajo. La primera ministra, Jacinda Ardern, se ha manifestado de acuerdo con implementar una jornada laboral de cuatro días para estimular el turismo. Uno de los sectores con importante participación en el PIB de este país.
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En un video difundido en su página de Facebook, la mandataria expuso la posibilidad de reducir el trabajo y añadir vacaciones para que la población pueda reactivar el turismo con tiempo para desplazarse dentro del país. “Se lo he escuchado a muchas personas y en definitiva debe ser algo que tienen que debatirlo empleados y empleadores”, afirmó Ardern. También expresó que “el covid nos ha enseñado muchas cosas, entre ellas la flexibilidad laboral y el teletrabajo”.
¿Semana laboral de cuatro días?
Ninoshka Fasce, experta en gestión de personas, directora del Magíster de Capital Humano y académica de la Universidad de Chile, explica a Futuro 360 que una jornada laboral de cuatro días, tiene una serie de beneficios para el bienestar de los trabajadores y el funcionamiento de las empresas. “Las personas se estresan mucho menos, tienen más tiempo para cumplir otros roles, realizar deporte, dedicarse a sus hobbies o a su familia. Se agobian menos por la rutina y exigencias del trabajo. Es una excelente manera de descomprimir la tensión”.
Agrega que cuando los trabajadores están menos estresados, menos agobiados y con mayor bienestar, suelen demostrar mayor optimismo y enfoque en soluciones, mientras que los que tienen niveles de estrés altos, suelen enfocarse en los problemas, en las quejas. “La evidencia demuestra que al estar más relajado se produce mejor, se es más creativo, resolutivo, se colabora más y se mejora el clima organizacional”.
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Actualmente, diversas empresas trabajan por objetivos y sin horarios, donde las personas pueden organizar su tiempo libre y la velocidad para cumplir sus tareas diarias. “Hace mucho se sabe que, si uno tiene ocho horas para cumplir una serie de tareas y no hay ningún incentivo para hacerlo pronto, se ocupará todo el tiempo disponible”. En cambio, si uno “tiene el incentivo de tener tiempo libre si lo hace rápidamente y bien, te aseguro que las personas empezarán a ser más productivas”, expresa Fasce.
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