Según el Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Chile (INTA), una alimentación saludable es aquella que proporciona toda la energía y los nutrientes que cada persona necesita para crecer, desarrollarse y mantenerse sano.
Sin embargo, sabemos que hoy eso no es suficiente para estar tranquilos. A eso debemos sumar el mercado de lo Light, lo Diet, lo Zero; conceptos que, gracias a la publicidad, asociamos directamente a un cuerpo estilizado, gente guapa y feliz. Pero ¿sabemos en qué consisten?
ALIMENTACIÓN SALUDABLE V/S ALIMENTACIÓN NUTRITIVA
Aquí la primera carta sobre la mesa: saludable y nutritivo no son lo mismo. El mejor ejemplo para distinguir la diferencia es a la hora de comprar. Podemos buscar productos con muchas propiedades (saludable), pero, quizá, no nos hacen bien (nutritivo).
Eso porque en las dietas saludables se da importancia a los beneficios de un alimento, mientras que en las nutritivas se valora la combinación de alimentos. Por otra parte, la saludable es genérica, mientras la nutritiva se fundamenta en las necesidades individuales de cada persona.
Según los expertos, es la segunda la que te llena de vitalidad, equilibra los niveles energéticos y permite disfrutar de salud plena.
LIGHT-DIET-ZERO
Ya que estamos en pleno verano y el traje de baño pesa sobre nuestras conciencias, bajar de peso se vuelve el objetivo primordial, y todo lo que prometa ayudarnos es oro. La oferta, sin embargo, suele marearnos. Light, Diet y Zero parecen parte de un mantra, pero debemos tener claro a qué atenernos con cada uno.
Light: tienen menor cantidad de algún nutriente, pero no significa que no lo contenga. Es común que no indiquen cuál es el componente que se encuentra disminuido, como ocurre con las galletas de soda light, que no tienen menos calorías, sino menos sodio.
Diet: se les ha retirado o sustituido algún ingrediente. Los más conocidos son los que tienen menos azúcar, los que no tienen grasa y los bajos en sodio. Sin embargo, no se aplica a toda la composición. Un chocolate diet, por ejemplo, puede no tener azúcar, pero sí tener grasa.
Zero: Son los que, efectivamente, carecen por completo de algún componente y, además, poseen menos o cero calorías.
TRANSGÉNICOS: ¿APORTES O AMENAZAS?
A veces, cuando se habla de transgénicos se piensa en verdaderos engendros, tal como los peces de tres ojos de Springfield. Sin embargo, el conocimiento aún es escaso y conlleva a mucha polémica.
Los organismos genéticamente modificados (OMG) son aquellos a los que se les ha introducido genes de otro organismo. Su gracia está en poseer habilidades o propiedades especiales, adquiridas por la mano del hombre.
Los defensores de los transgénicos plantean que éstos benefician a la humanidad. Por ejemplo, las plantas de este tipo pueden resistir plagas, aguantar mejor las sequías, o resistir mejor algunos herbicidas. Pero los detractores alegan que los mismos incrementan el uso de tóxicos en la agricultura, hacen perder la biodiversidad y que los riesgos sanitarios no están evaluados.
En el ámbito de la alimentación, la transgenia aporta poco. Sus beneficios están más asociados a la conservación y “calidad” de los productos que al nivel nutricional. Es decir, al mercado en vez de la salud.
Por eso es que la batalla se ha centrado en sus efectos colaterales. La gran queja está en que su consumo produce alergias, resistencia a antibióticos, problemas de fertilidad y hasta cáncer.
En 2016, un estudio científico arrojó que su uso estaba libre de amenazas para la salud humana. Aunque los detractores aseguraron que hubo conflicto de intereses en la investigación.
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