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Proveniente de un mercado mojado en Wuhan, hasta un invento de laboratorio. Amplio es el abanico de posibilidades con respecto al origen del responsable de la Pandemia. Desde su brote a fines de diciembre pasado, uno de los principales desafíos del mundo científico ha sido entender su comportamiento y saber cómo se originó.
Esta vez parecen haber dado en el clavo. Hoy se habla de un “coronavirus mutante murciélago-pangolín” ¿Qué quiere decir? Que el virus presentaría características genéticas de ambos animales, ADN, células y estructura que lo denominan como un “híbrido”.
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Expertos de la Universidad de Duke, de Texas, de Nueva York y del Laboratorio Nacional de los Álamos, de Estados Unidos, junto a la Universidad de Jilin, en China, trabajaron en conjunto para responder a esta pregunta.
El estudio determinó que el agente etiológico de COVID-19, el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2), se identificó como un nuevo miembro del género Betacoronavirus, que incluye un reservorio diverso de coronavirus (CoV) aislado de murciélagos. Aunque genéticamente distinto de los betacoronavirus que causan SARS y MERS en humanos. SARS-CoV-2 comparte el nivel más alto de similitud genética (96.3%) con CoV RaTG13, muestreado de un murciélago en Yunnan en 2013.
Mucho se comentó desde un principio que al tratarse de una zoonosis, una enfermedad transmitida por animales a humanos, lo más probable es que el coronavirus tuviera como origen el murciélago. Su cuna habría sido los mercados mojados chinos, lugar donde eran comercializados. Lo mismo, se afirmó de los pangolines. Mamíferos exóticos, altamente cotizados.
Para el doctor Claudio Azat, Director Centro de Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello, el paper añade otra pieza en este desafío. Este virus tiene un origen animal en fauna silvestre y no existe evidencia que hoy, haya sido creado en un laboratorio. Este estudio ratifica dicha hipótesis. De los tres virus que se conoce en humanos y que han causado epidemias, en todos ellos, los murciélagos han sido los reservorios. Pero existen especies intermediarias que actúan como hospederos intermediarios, que facilitan la transmisión entre murciélagos, hacia el humano.
“En el caso del SARS de 2003, el origen era murciélagos y el intermediario eran civetas, un carnívoro de China. En el caso del MERS del 2013, los intermediarios eran los dromedarios o camellos de una joroba que viven estrechamente con personas. Ahora, en SARS-CoV-2, aún persiste la duda de cual podría ser el intermediario. De ahí surge la posibilidad que sean los pangolines. Dentro de los SARS, el virus que más se parece al actual, es uno aislado de un murciélago de la provincia de Yunan, en China, registrado en 2013″.
Por ende, hay evidencia acumulada que indica a ese virus como progenitor del actual. Se parece en un 93.3% al SARS-CoV-2, pero no en un 100%. Por otro lado, este hallazgo en este pangolín malaya, fue traficado en la medicina tradicional china. Ese virus, tenía una similitud del 91% pero en particular, los genes asociados a la proteína que se unen al receptor, es un 99% igual”. Nos explica en detalle el doctor Azat.
En resumen, el virus más parecido al SARS-CoV-2 es un murciélago, hallado en el año 2013, pero en particular, los genes asociados al dominio de unión al receptor es un 99%, del pangolín. Deja la posibilidad de la recombinación. Estos dos virus, infectan al mismo tiempo a un hospedero, ingresando simultáneamente la célula.
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En el momento de reproducirse, el virus combina el material genético y genera uno de nuevas características. En este caso, muy parecido al de murciélago. Pero además lo que no tenía ese virus, es que era altamente transmisible entre personas, porque adquiere esta proteína que tiene mucha afinidad por los receptores AC2. Están presentes en gran parte en el sistema respiratorio del ser humano. Lo que produce una infección y una alta transmisibilidad entre personas.
Martes / 22:30 / CNN Chile
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