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Consumir cualquier clase de carne cruda trae consigo el riesgo de tragarse un parásito, pero pocas de estos molestos animales son tan conocidos como aquellos encontrados en el sashimi. La delicatessen japonesa puede infectar a las personas con un gran número de invitados marinos poco deseados.
En un nuevo reporte, un grupo de doctores cuentan el caso de una desafortunada mujer japonesa de 25 años quien se encontró una sorpresa particularmente asquerosa luego de comer sashimi.
5 días después de disfrutar de su comida, fue al Hospital Internacional de St. Luke en Tokyo por culpa de una molestia en la parte posterior de su garganta.
Sus pruebas de sangre mostraron resultados normales, y de forma general no parecía presentar problema alguno, pero una inspección física más detallada reveló algo bastante desagradable: una pequeña criatura negra moviéndose en su amígdala izquierda. Luego de una fácil extracción, los profesionales se dieron cuenta que el responsable de la irritación provino de un plato de comida.
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“El cuerpo del gusano era negro, de 38 milímetros de largo y 1 de ancho, y se encontraba mudando su cutícula exterior, mejor conocida como exoesqueleto flexible”, escribieron los expertos en su reporte de caso.
“Un análisis de ADN y el hecho de que la lombriz se encontrara mudando de piel, reveló que la criatura era una larva de cuarta etapa de Pseudoterranova azarasi“.
Los P. azarasi son un tipo de nematodo, conocidas popularmente como lombrices lisas, y (junto con las lombrices solitarias) son un conocido riesgo de comer sushi. Sin embargo, pocas veces se ha visto a este parásito infectar la garganta de sus víctimas.
De más de los 700 casos reportados en la literatura médica, hacia mitades de los ’90 en Japón, los países del Pacífico Norte, Sudamérica, y en los Países Bajos, la mayoría de las infecciones se encontraron en el tracto digestivo inferior.
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Aunque este tipo de gusano es miembro de la familia Anisakidae, los síntomas causados por el P. azarasi no son tan graves como otros parásitos similares llamados anisakiasis, las larvas de dichos nematodos que se pegan a los tejidos del esófago, estómago o intestino.
“Aunque las infecciones oral-faríngeas son raras, esta irritación es conocida por inducir el “síndrome de garganta cosquillosa” y tos. Debería ser considerado en un diagnóstico diferencial de parasitosis oral-faríngea ya que el consumo de pez crudo se ha vuelto más popular, por lo que casos similares a este han incrementado enormemente a nivel mundial“, advirtieron los especialistas para ScienceAlert.
Algo positivo de que la infección se haya localizado en la garganta fue que la extracción del parásito resultó relativamente fácil. No hubo casi ninguna intervención farmacológica y el mejor tratamiento para estos casos es la remoción total de los gusanos, algo que es mucho más sencillo de realizar en la boca (en comparación con el estómago).
Si bien la paciente resultó ilesa y sus síntomas desaparecieron rápidamente luego de que el parásito fuera removido, está más que claro que pensará dos veces antes de volver a comer pescado crudo.
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