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Investigadores del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT por sus siglas en inglés) y del Hospital para Mujeres de Brigham, diseñaron una nueva mascarilla facial que creen, puede detener a las partículas virales con la misma efectividad de sus pares, las mascarillas N-95.
Sin embargo, a diferencia de otras, este modelo está diseñado para ser fácilmente esterilizado y reutilizado.
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Con las tasas de contagio repuntando en distintos continentes, sigue existiendo una necesidad urgente por mascarillas de buena calidad para los profesionales de la salud.
Los nuevos implementos, están hechos de goma de silicona resistente y pueden ser fabricados fácilmente a través de moldes, permitiendo su fácil manufacturación en fábricas de todo el mundo.
La mascarilla incluye un filtro N95, pero requiere de mucho menos materiales que los implementos N95 tradicionales.
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“Una de las cosas claves que reconocimos de forma temprana es que, para lograr satisfacer la demanda, necesitamos restringirnos a métodos que sean alcanzables. También necesitamos maximizar la reutilización del sistema, por lo que buscamos aparatos que puedan ser esterilizados de diferentes maneras”, aseguró Giovanni Traverso, ingeniero mecánico del MIT mediante un comunicado oficial.
El equipo está trabajando en una segunda versión de la mascarilla, basado en los comentarios de los trabajadores de la salud en quienes se probó. Además se está buscando el apoyo de compañías para que el implemento clínico sea aprobado por la FDA (el órgano de control de alimentos y medicamentos de Estados Unidos).
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