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Es una de las criaturas legendarias más cautivante de la historia. El Monstruo del Lago Ness o “Nessie”, como se le ha denominado, ha intrigado a miles de personas, que buscan conocer si existe o solo se trata de una gran mito.
La bestia “habita” en el Lago Ness, ubicado en cercanías de Inverness, en Escocia. Desde ese lugar y tras su pista, cada año aparecen nuevas imágenes en las que supuestamente se le rondando, saliendo o entrando al agua.
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Esta vez, fue el turno de un turista que habría tomado una enigmática imagen, en septiembre del año pasado, cuando asegura haber visto movimiento en las agua y una misteriosa figura que aparecía tímidamente.
“Tengo que decir que no creo en el Monstruo del Lago Ness y, francamente, creo que si hay algo allí, entonces debe haber una explicación lógica para la mayoría de los avistamientos”, dijo Steve Challice al diario The Mirror. “Supongo que lo que capturé fue un pez gato o algo así” añadió.
Pero su foto reabrió el misterio y trajo de vueltas a las cientos de teorías que rondan su existencia. Pero esta vez, el mundo científico decidió entregar una categórica respuesta. La imagen no es real.
Ricardo Sierralta, Académico de la carrera de Publicidad de la Universidad Central, asegura que hoy en día es muy sencillo falsear apariciones o evidencias de grandes misterios. La tecnología digital, es capaz de recrear las cosas más imposibles. Internet y YouTube están plagados de sitios y canales que te muestran desde teorías conspirativas, bases lunares extraterrestres y caras humanas en Marte. Los efectos CGI (efectos especiales para cine) permiten todo y a veces es casi imposible saber qué es falso y qué es verdadero.
“Pero como el ojo humano es limitado y por lo tanto se puede engañar, es necesario, educar la vista o la intuición y por supuesto saber que ante estas evidencias, no todo lo que brilla es verdadero. Y para eso está la misma tecnología digital que permite analizar, usar espectrógrafos, pixel por pixel de una imagen. En la foto, es fácil reconocer un fake, y aplicar inteligencia CSI para comparar texturas, tamaños, formas y dar con el origen”, afirma Sierralta.
En el mito del lago Ness, esto fue literalmente un cuello de animal tipo prehistórico montado como una aleta de tiburón, fotografiado a la distancia con algún tipo de teleobjetivo, lo que da ese carácter difuso o de poca definición, emergiendo desde el lago. Con eso ya construyó un misterio y una leyenda. Así ha pasado desde tiempos inmemorables.
“Y como las personas sienten una atracción atávica por lo desconocido o sobrenatural, las creencias son fácil de instalar y mantener en el tiempo. Grupos de expedicionarios, botes oceanográficos para usar radares y escanear el fondo del lago en búsqueda del monstruo, etc.”, señaló Ricardo.
En otra línea, se mantiene la teoría de un animal que sí existe con evidencia, y que por la difusa calidad se presta a confusión. Según información preliminar, sería un pez-gato, que a lo lejos se asemejaba al comentado monstruo.
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Liza Fonseca, Médico Veterinaria, Jefe de Bioterio, Facultad de Ciencias, Universidad de Chile, dice que primero que todo, hay que confirmar que la fotografía no esté intervenida. Segundo, y en caso de haber pasado el primer filtro, identificar a la especie en cuestión con la ayuda de expertos en fauna lacustre según ecosistema local y en colaboración con expertos en fauna fluvial y marina. En tercer lugar no asegurar a priori que “lo que no conocemos no existe”. Sin duda el conocimiento que tenemos sobre un número específico de especies en el planeta, es un pequeño porcentaje del total real de especies que lo habitan”.
Es un nuevo capítulo en la misteriosa creencia y en la historia de la criptozoología, una “pseudociencia” que intenta probar la existencia de animales extintos, mitológicos o folclóricos. Esta vez en una fotografía que ya dió la vuelta al mundo.
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