VIDEO RELACIONADO – La última superluna de 2020 (00:50)
La Luna, el satélite natural de nuestro planeta, no deja de sorprendernos. Ya sea por su composición, comportamiento o los maravillosos espectáculos nocturnos que nos entrega, la roca espacial sigue siendo un objeto de fascinación para el mundo científico.
Recientemente, una nave espacial que orbita a nuestro satélite descubrió que la Luna desprende una corriente constante de iones de carbono a lo largo de toda su superficie. Contrario a lo que se creía, la roca estaría llena de elementos volátiles.
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De hecho, los expertos barajan la posibilidad de que el satélite ha estado lleno del elemento desde su formación, hace 4 mil millones de años atrás. Esto podría replantear todas las teorías sobre la formación lunar, ya que ninguna de ellas explica cómo llegaron los elementos volátiles al interior de la Luna.
La información llega por parte de la nave Kaguya, perteneciente a la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa (JAXA). A pesar de que lleva cerca de una década orbitando la Luna, solo recientemente notó un flujo de iones de agua y carbono en vidrios volcánicos lunares.
Esto ha hecho que los científicos se cuestionaran los modelos de formación lunar, por lo que los investigadores analizaron en profundidad los datos del Kaguya para tratar de averiguar de dónde provienen estas partículas.
“Estas emisiones estaban distribuidas en casi toda la superficie lunar, perosus cantidades variaron según la geografía de los terrenos”, escribieron los investigadores en su paper.
“Nuestros estimados demuestran la presencia de carbón nativo en todo el satélite, apoyando a las hipótesis de que el material ha estado en la Luna desde su formación o que haya llegado a ella hace millones de años”, agregaron.
“La Luna es demasiado grande para nuestro planeta. En ese sentido, es inusual en comparación a otros satélites naturales del sistema solar. Es por esto que comprender por qué está ahí siempre ha sido un enigma para los astrónomos durante muchos años”, aseguró Ezequiel Treister, astrónomo de la Universidad Católica.
“La teoría más aceptada es que proviene de la colisión de un planetoide, del porte de Marte, aproximadamente con la Tierra hace 4 mil 500 millones de años. Supuestamente, el planetoide se habría fusionado con nuestro planeta y los escombros del evento habrían creado a la Luna”, explicó Treister.
El astrónomo explica que el principal problema con esta teoría es que la temperatura de la colisión habría destruído los materiales pesados como el carbono. Es por esto que el reciente descubrimiento pone en riesgo todo nuestro conocimiento de nuestro satélite natural.
Si la antigua teoría no calzara luego de realizar investigaciones más detalladas, “tendríamos que buscar otra para explicar la formación de la Luna, lo que sin duda generaría una revolución en nuestro entendimiento de cómo se formó nuestro planeta, sino que todo el Sistema Solar”, concluyó el astrónomo.
Excavaciones lunares
Mientras unos científicos se cuestionan los orígenes de nuestro satélite, otros están planeando comenzar a utilizar los recursos que esconde la misteriosa roca espacial. La administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, está trazando los planos legales para comenzar a minar la Luna.
El acuerdo sería el último esfuerzo de la NASA para formar alianzas y así llevar a cabo su plan de llevar humanos a estaciones espaciales en la superficie lunar. La organización espacial ha sido un actor activo al momento de construir la política norteamericana internacional en relación a estos asuntos.
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Ningún borrador del supuesto pacto ha sido enviado a los países aliados aún. La administración de Trump y otros países con agencias espaciales ven a la Luna como un punto estratégico clave en la exploración del universo.
El pacto también apuntaría a delimitar las leyes internacionales para las compañías que quieran quedarse con los recursos que extraigan de la Luna. Los documentos se llamarían los “Acuerdos de Artemis”, establecerán “zonas seguras” que rodearán a las futuras bases lunares, evitando así conflictos con otras compañías o países.
César Fuentes, astrónomo de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile e investigador de CATA, explicó a Futuro 360 que las misiones lunares mineras esperan construir bases que faciliten la exploración espacial.
El astrónomo asegura que esto facilitaría la tarea de expulsar elementos fuera de la gravedad terrestre, lo que gasta una enorme cantidad de recursos, facilitando así un posible viaje hacia Marte.
Por otra parte, Fuentes apuntó que “la superficie de la Luna es mucho más rica que la de la Tierra en Helio 3, combustible necesario para la realizar un tipo de fusión nuclear que, a pesar de décadas de investigación, aún no es viable”, apuntó el experto.
“Además, la ocupación del satélite permitiría minar asteroides que hayan impactado contra la superficie lunar y así obtener metales tales como el oro y el platino, los cuales son mucho más abundantes en las rocas espaciales”, concluyó el experto.
¡Ubícate! (pero en la Luna)
A los planes de Trump por apropiarse de nuestro querido satélite, se agrega una noticia muy funcional pues por primera vez, toda la superficie lunar ha sido completamente mapeada y clasificada uniformemente por científicos del USGS (United States Geological Service), en colaboración con la NASA y el LPI (Lunar and Planetary Institute).
El mapa lunar, llamado Mapa Geológico Unificado de la Luna, será el modelo definitivo de la geología de la superficie de la luna para futuras misiones humanas y, por supuesto, desde ya constituye un gran aporte para la comunidad científica internacional, los educadores y el público en general.
El mapa digital está disponible en línea y muestra la geología de la luna con increíble detalle (escala 1: 5.000.000), informa USGS en un comunicado.
Para crear el nuevo mapa digital, los científicos usaron información de seis mapas desarrollados en la era Apolo junto con información actualizada de recientes misiones satelitales a la Luna. Los mapas históricos existentes fueron rediseñados para alinearlos con los conjuntos de datos modernos, conservando así las observaciones e interpretaciones anteriores.
Junto con la fusión de datos nuevos y antiguos, los investigadores del USGS también desarrollaron una descripción unificada de las capas de roca de la Luna. Esto resolvió problemas de mapas anteriores donde los nombres de rocas, descripciones y edades a veces eran inconsistentes.
“Este mapa es la culminación de un proyecto de décadas”, dijo Corey Fortezzo, geólogo y autor principal del USGS. Los datos de elevación para la región ecuatorial de la luna provienen de las observaciones estéreo recopiladas por la cámara Terrain en la reciente misión SELENE (Explorador de ingeniería y selenología) dirigida por JAXA, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón. La topografía para los polos norte y sur se complementó con los datos del altímetro láser del Orbitador Lunar de la NASA. Un trabajo colaborativo por donde se mire.
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Pasó la última superluna del año
Mientras los expertos siguen investigando todos los misterios del satélite y otros arman sus maletas para salir de la Tierra, nosotros pudimos disfrutar el pasado jueves y de mayo de la “Luna de flores”. Su nombre viene de los pueblos originarios del hemisferio norte donde en esta época empieza la primavera.
A las 10:45 horas de noche, el Sol iluminó completamente a la roca espacial, marcando así la última de las cuatro “superlunas” del 2020.
“Superluna es el término que se utiliza cuando nuestro satélite se encuentra con al 90% del perigeo, el cual se define como el punto más cercano de la órbita que tiene alrededor de la Tierra, quedando a una distancia menor que la promedio”, apuntó Matías Díaz, investigador del Centro de Astrofísica Cata, a Futuro 360.
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