La biodiversidad abarca la enorme variedad de formas mediante las que se organiza la vida en la Tierra. Incluye todas y cada una de las especies que cohabitan con nosotros el planeta: animales, plantas, virus y bacterias. También, incluye los espacios y ecosistemas de los que estos seres vivos forman parte, y los genes que hacen a cada especie única y diferente al resto.
Conservar la biodiversidad es proteger la vida de todos quienes habitamos el planeta. Es ella quien nos provee de alimentos, medicamentos, materias primas, recursos y energía que permiten la supervivencia de humanos, plantas y animales. Además, nos garantiza servicios de los que no podríamos prescindir, como la regulación de la calidad del aire y del clima, la purificación de las aguas, el control de la erosión y la polinización, entre muchísimos otros.
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El manual “Buenas Prácticas Municipales para la Gestión de la Biodiversidad”, nace con el objetivo de facilitar el trabajo de los funcionarios municipales, en la toma de decisiones que fortalezcan la protección de los recursos naturales locales y su uso sostenible.
Consiste en un material que aporta contenidos de manera ilustrativa y de fácil lectura. Incluye un capítulo sobre biodiversidad en la ecorregión Mediterránea de la zona centro del país y las causas de su degradación.
También se podrán encontrar un conjunto de casos con buenas prácticas de gestión ambiental local, que son muestra de una transformación y empoderamiento del trabajo municipal con respecto a su patrimonio natural.
El documento, que espera servir de inspiración para ser replicado en otras comunas, fue construido de manera colaborativa con el aporte de 18 municipios de las regiones Metropolitana y de Valparaíso, que son parte del activa del Proyecto GEF Montaña.
“Las buenas prácticas locales son pocas veces compartidas. Por esta razón, acogerlas y describirlas, resulta un aporte importante para apoyar la gestión municipal y así mejorar el estado de conservación de nuestra naturaleza desde los territorios”, afirmó Juan José Donoso, jefe de la División de Recursos Naturales y Biodiversidad del Ministerio del Medio Ambiente y director del Proyecto GEF Montaña.
El instructivo, que contó con el apoyo del Ministerio del Medio Ambiente, fue generado a partir del trabajo realizado con profesionales y técnicos de los municipios de Alhué, Calera de Tango, El Monte, Huechuraba, Isla de Maipo, Lampa, La Reina, Maipú, María Pinto, Paine, Peñaflor, Peñalolén, Pirque, Quilicura, Cartagena, Quilpué, San Antonio y Santo Domingo.
¿Qué se podrá encontrar?
El manual contiene dos partes interrelacionadas. El primer capítulo “Biodiversidad en la Ecorregión Mediterránea de Chile”, entrega características de esta zona y detalla las cinco causas directas de la pérdida de su riqueza natural. Las que se dividen en pérdida y degradación del hábitat; introducción de especies exóticas invasoras; sobreexplotación de los recursos naturales; cambio climático; y contaminación ambiental.
El segundo capítulo trata sobre “Buenas prácticas de gestión ambiental local”. Éstas fueron agrupadas en: planificación sustentable del territorio; espacios de protección, resguardo y recuperación de ecosistemas; normativas locales; educación y sensibilización ambiental con foco en la conservación de la biodiversidad; prácticas productivas sustentables; y ecoeficiencia de los recursos disponibles.
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“El manual refleja ese espíritu de colaboración, un trabajo transdisciplinario que permite seguir creciendo en la gestión ambiental local”, expresó Carlos Rungruangsakorn, jefe del Departamento de Gestión Ambiental Local del Ministerio del Medio Ambiente.
Además, aseguró que los municipios a través de los funcionarios, quisieron poner en común estas prácticas, “expresando su inquietud por resolver problemáticas puntuales que afectan a la biodiversidad local y, a la vez, les permitió conocer buenas experiencias que han desarrollado sus pares”.
Dentro de las buenas prácticas agrupadas en el segmento “Espacios de protección, resguardo y recuperación de ecosistemas”, se encuentra la experiencia de municipios que trabajan para recuperar ecosistemas vulnerables. Para transformarlos con fines recreativos, educativos, de investigación y resguardo de la flora y fauna nativa.
La mayoría de las experiencias tuvo como propósito inicial hacer frente a la pérdida de biodiversidad provocada por la contaminación ambiental, específicamente por la instalación de basurales ilegales y vertimiento de aguas residuales. Uno de los casos mencionados es el de la Municipalidad de Santo Domingo, que por medio de un decreto municipal logró crear el “Parque de la Naturaleza Humedal Río Maipo”.
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“La biodiversidad presente en nuestras comunas, que están ubicadas en la zona central, en donde se concentra la mayor cantidad de habitantes de nuestro país, está amenazada por diversos factores. Por lo mismo, es importante destacar el rol fundamental que juegan las municipalidades para contribuir al cuidado del medio ambiente junto a las comunidades”, puntualizó el alcalde de Santo Domingo, Fernando Rodríguez.
Para todas las localidades que buscan encaminarse hacia la protección y conservación de su sistema natural, el manual ya se encuentra disponible en la página web del Proyecto GEF Montaña. Además, será entregado en formato físico a los municipios que forman parte del Proyecto Seremías del Medio Ambiente y municipios del Sistema de Certificación Ambiental Municipal de norte a sur del país.
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