65 días. Esa es la impresionante cantidad de tiempo que llevan aislados y apartados de todo, los habitantes de Wuhan, en China. La ciudad que pasará a la historia como la urbe donde todo comenzó, hoy sirve de ejemplo para todo el mundo, sobre cómo afrontar los desafíos que representa el COVID-19.
Recién el martes pasado, se levantaron las restricciones para viajes hacia la provincia de Hubei. Solo si eres calificado como “saludables” puedes ingresar. Tras pasar un severo control del cordón sanitario, solo se puede acceder a localidades cercanas a su capital provincial. Recién para el próximo ocho de abril, la cuarentena podría terminar de forma “parcial” en la golpeada Wuhan.
Hoy solo un “código verde” te permite volver a circular por las calles. Eso es mediante una aplicación que autoridades de salud y el Gobierno Chino implementaron para el rastreo y condiciones de salud de sus habitantes. Esta se llama “Alipay”, y registra datos y estados de salud. Por usuario se asigna un color. Rojo, amarillo y verde. Tal como los semáforos, las personas son calificadas. Solo te sirve la luz verde si quieres moverte.
La medida ha dado resultados. El pasado 18 de Marzo, por primera vez el número cero apareció en los registros de contagios en la provincia de Hubei. A eso y desde ese levantamiento de esta semana, solo un caso ha sido reportado con coronavirus.
Es un escenario completamente opuesto a lo que ocurría en la zona hace un par de meses, cuando miles de personas colapsaban los centros clínicos, debido a malestares que atribuían a un “resfriado complejo”.
TRUMP Y LA PASCUA DE RESURECCIÓN
Estados Unidos está liderando los contagios. El nivel de incremento es algo que preocupa a especialistas, quienes con duras críticas, cuestionan las medidas “parciales” que ha adoptado el mandatario para un problema que, a todas luces, va al alza.
Lo último ha sido que Donald Trump asegura que le gustaría “ver el país abierto, cuando comience Abril”.
El distanciamiento social dependerá principalmente de dos factores básicos. “La cantidad de inmunidad a nivel de población y el grado de capacidad de atención médica para pacientes críticos junto a la disponibilidad de implementos clínicos esenciales como ventiladores”. Asegura en su columna publicada en el New York Times, William Hanage, profesor asociado de epidemiología en el Centro de Dinámica de Enfermedades Transmisibles de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard.
“Terminarlo para semana santa, será matar a más gente” Titula el profesional en el mismo artículo.
“Italia comenzó su cierre alrededor del 10 de marzo, hace apenas dos semanas. La epidemia allí todavía no ha alcanzado su punto máximo. Este es el futuro inmediato que enfrentamos. Esta es la realidad en una dosis para la que la mayoría no está preparada. Debemos prepararnos para un futuro aprendiendo de quienes están sufriendo ahora.
“Este es un virus, una parte de la naturaleza. Y un virus no puede ser engañado”. Finaliza el documento que ya es replicado viralmente en las redes sociales de ese país.
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