Los países que antes conformaban la Unión Soviética se han transformado en el foco de un nuevo tipo de resistencia social. En una crónica de The Guardian, Barbara Von Ow-Freytang habla sobre formas de protesta facilitadas gracias a las plataformas digitales manejadas por la generación Z eslava.
“Lo que es refrescante de esta nueva generación es su alianza con diseñadores, expertos en tecnología y artistas para probar nuevas formas de representatividad, construcción de campañas y narratividad” afirmó Ow-Freytang con respecto a esta nueva ola de subversividad. “Esto ha hecho surgir numerosas campañas multimedia online y juegos interactivos que tratan sobre problemáticas sociales” sostiene la periodista.
Innovar para luchar
En Rusia, una película interactiva experimental producida por el sitio de noticias independiente Takie Dela, cuenta la historia de Katya, una joven originaria del país eslavo que vive con el estigma de ser portadora del VIH.
Los espectadores son invitados a entrar en los zapatos de la protagonista, para luego tomar decisiones que afectaran la vida del personaje. En el film participan reconocidos actores rusos, con diálogos poco complicados y una inteligente puesta en escena, la pieza audiovisual ha tenido un enorme alcance.
Dicho producto se crea para generar conciencia sobre esta enfermedad, en un país donde las políticas públicas no han logrado combatir una de las epidemias más grandes de VIH en el mundo. “La estigmatización e ignorancia son catastróficas” asegura Ow-Freyang. Además afirma que diferentes organizaciones locales sufren debido a campañas de desinformación, recortes de presupuesto y aislamiento de posibles asociados internacionales, producto de una ley que clasifica a las ONG como “agentes extranjeros”.
Estos movimientos no sólo buscan innovar en las formas de expresar del arte, sino también ocupar un vacío creado por el distanciamiento del gobierno ruso con el pueblo. En estudios recientes, un 94% de la población eslava asegura no confiar en el Estado.
Además, buscan abordar todos aquellos temas que no son cubiertos por la prensa tradicional debido a la censura impuesta por la democracia limitada de los estados eslavos. “La suya es una larga lucha, pero sus ganas de innovar les da una posibilidad de pelear. Ellos merecen nuestro apoyo” señaló Ow-Freyang.
Takie Dela es uno de los representantes más populares de estos movimientos, ya que además de escribir periodismo de investigación, apoya a las organizaciones de beneficencia con las que trabaja de forma directa. En 2018 esta figura logró recaudar más de 250 mil donaciones web.
Otra campaña de recolección de fondos que demuestra que la población rusa está interesada en estas nuevas plataformas mediáticas, fue la de Transparencia Internacional de Moscú junto con el periódico independiente Novoe Vrimie. Dicha campaña logró ser exitosa a pesar de que el diario ruso tuviera que pagar una gran cantidad de dinero al Estado, debido a diversas multas impuestas por el gobierno ruso.
Team 29, es un grupo de abogados y periodistas oriundo de San Petersburgo que promueve la libertad de prensa. Esta ONG ha logrado establecer una plataforma de información que produce reportajes que ahondan en casos judiciales, nuevas medidas legislativas y violaciones a los derechos humanos. Además construyen panfletos digitales y juegos interactivos dirigidos a un público joven, con el propósito de educar a una nueva generación de manifestantes sobre sus derechos.
Este cambio cívico no sólo se ha producido en Rusia, si no que en países aledaños tales como Armenia, Bielorrusia, y Azerbaijan. Con diferentes artistas y programadores que buscan conseguir la libertad de prensa, para así poder informar a sus compatriotas descontentos con los gobiernos de turno. Todo lo anterior con el propósito de generar un nuevo foco de resistencia social, más informado y preparado a enfrentar a un Estado que los hace sentir oprimidos.
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