Plutón podría tener un océano oculto - (03:00)
Cuando un bote se hunde y llega al fondo del océano, no es el final de la historia del navío. Los naufragios se transforman en arrecifes artificiales, repletos de vida marina y microbios.
Una comunidad de microbios en ciernes está al interior de un barco hundido llamado Pappy Lane, ubicado en las profundidades de Pamlico Sound, en Carolina del Norte, Estados Unidos.
En este nuevo estudio, los investigadores describen cómo habitan en las diferentes partes del naufragio de Pappy Lane. Identificaron 28 tipos de bacterias de 14 muestras, descubriendo que las comunidades llenan nichos específicos en sus ambientes micro-marinos.
Algunas bacterias comen hierro, acelerando la corrosión, mientras que otras forman telas que protegen al navío.
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Como resultado, Pappy Lane se está corroyendo asimétricamente, con algunas partes del barco permaneciendo mucho más intactas que otras. La meta final, es ayudar a preservar las partes del naufragio tanto por razones ecológicas y culturales, según los investigadores.
Los hallazgos fueron publicados en Frontiers en Microbiología.
Perdido en el mar
El Pappy Lane era un buque de guerra cubierto en meta, construido en 1944 durante la Segunda Guerra Mundial. El barco de 49 metros surcó los mares durante los ’60 en las poco profundas aguas de la laguna Pamlico en Estados Unidos. Luego fue abandonado, al menos por los humanos.
Erin Field, investigadora de la Universidad de Carolina del Este que dirigió estudio afirma a Inverse que los barcos hundidos son sumamente importantes a niveles ecológicos. “Los naufragios no sólo representan sucesos históricos, si no que también lugares que proveen comida, refugio y rincones que permiten a diferentes organismos trabajar juntos”, agregó.
Microbios buenos y malos
Field y su equipo esperan poder encontrar mejores métodos de preservación de naufragios como el Pappy Lane. Estos hallazgos están un paso más cerca de comprender “cómo la comunidad que yace en ese naufragio se está armando, y lo que significa para la corrosión de la estructura misma”, agrega Field.
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Los microbios son la base de los ecosistemas y, regularmente, los productores. Son instrumentales en los ciclos del carbón, del nitrógeno, y otros nutrientes y entregan comida a otros organismos del ciclo alimenticio.
Detectando el potencial de los microbios responsables de la bio-corrosión, los investigadores podrían potencialmente controlar su crecimiento, ayudando a la preservación de largo plazo. En contraste, otros microbios ayudan a preservar barcos construyendo biopelículas que las ayudan a resguardarse del agua salada.
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