Una posible explicación de uno de los misterios más grandes de la biología, el orgasmo femenino, ha sido reforzada por una investigación que demostró que a conejas a las que se les trata con antidepresivos liberan una menor cantidad de óvulos durante el coito.

El orgasmo femenino humano ha demostrado por largo tiempo ser un misterio, ya que no cuenta con ningún propósito biológico además de generar placer.

Los científicos tras este estudio han propuesto anteriormente que el fenómeno tendría sus raíces evolutivas en un reflejo enlazado a la ovulación durante el sexo, un mecanismo que existe hasta el día de hoy en cientos de especies de animales, dentro de los cuales se encuentran los conejos.

Ya que las humanas cuentan con un proceso de ovulación espontánea, la principal teoría explicativa se basa en la idea de que el orgasmo femenino es un vestigio evolutivo; los expertos aseguran que el experimento que realizaron contribuye a esa idea.

“Sabemos que existe un reflejo en los conejos, pero la pregunta es si dicha respuesta nerviosa es la misma que se perdió en los humanos”, aseguró la doctora Mihaela Pavličev, investigadora de la Universidad de Cincinnati y coautora del estudio.

Para indagar en el asunto el equipo prescribió a 12 conejas en un curso de dos semanas en las cuales consumieron fluoxetina, antidepresivo conocido por reducir las posibilidades de las mujeres de llegar al orgasmo, y se fijaron en la cantidad de óvulos que liberaron luego de que tuvieron sexo con un conejo llamado Frank.

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Los resultados, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, demostraron que las conejas medicadas liberaban un 30% menos de óvulos en comparación a las que no recibieron el antidepresivo.

Experimentos posteriores respaldaron la teoría de que el medicamento estaba afectando el proceso de ovulación a través de un mecanismo involucrado en la copulación y el sistema nervioso, en vez de actuar directamente sobre los ovarios u otras rutas.

El equipo aseguró que los resultados calzan con la teoría de que las conejas necesitan experimentar algo parecido a un orgasmo para tener una respuesta hormonal y ovular, a pesar de que se desconozca si los animales experimentan placer sexual.

Además, aseguraron que su teoría fue respaldada por un hallazgo previo que afirmaba que los animales que dependen de cambios hormonales inducidos por el coito para ovular suelen tener el clítoris (el órgano tras el orgasmo femenino), en una posición en la que probablemente será estimulado durante el sexo.

Pavličev señaló que las razones del efecto de los antidepresivos sobre los reflejos de las conejas siguen siendo un misterio, por lo que se necesitan ampliar los estudios a más animales.

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Además, indicó que si la teoría era correcta, es importante cuestionarse por qué el orgasmo sigue existiendo. ¿Puede ser que haya adquirido una función diferente relacionada con la salud femenina?

Elisabeth Lloyd, profesora de biología de la Universidad de Indiana y autora del libro El caso del orgamos femenino, alabó este estudio entregando su apoyo a la teoría del equipo.

La experta aseguró a The Guardian que las preguntas en relación a este fenómeno biológico siguen presentes, tales como si los mismos músculos y terminales nerviosos que permite a las conejas ovular están presentes en el proceso del orgasmo femenino.

A su vez, agregó que la ovulación y los orgasmos están enlazados a diferentes hormonas en el caso de los humanos, aunque se desconoce por qué, si los orgasmos tienen su raíz en la ovulación, los casos femeninos y masculinos tienen tantas características similares.

La experta asegura que se cree que tales funciones se han explicado a través de la teoría de que el orgasmo evolucionó para “premiar” a los hombres durante el proceso de fertilización, mientras que en el caso de las mujeres se trataría de un bono producto de que los embriones tanto femeninos como masculinos surgen de la misma forma común.

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