Investigación comprueba que las gaviotas entienden la mirada humana

Todos sabemos que las gaviotas son animales con malas costumbres. Una de ellas, y quizá la más molesta, es que tienden a robar la comida de las personas. Ahora un grupo de científicos encontró una forma de protegernos de estas aves playeras.

Un truco bastante simple es mirar directamente al ave. Sí, la mejor forma de enfrentar a estos carroñeros es realizar una vieja “quemadita de ojos”.

Las gaviotas están conscientes de cuando las personas las miran, según un reciente estudio. Los científicos descubrieron esta desconcertante habilidad cuando estaban tratando de medir cómo las aves reaccionan a los humanos basados en qué tan urbana es el área que las rodea.

Es más fácil acercarse a las de ciudad que a sus contrapartes rurales, sugiere esta nueva investigación.

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Sin embargo, tanto en condiciones urbanas como rurales, las gaviotas huyeron de la escena de investigación más rápidamente si una persona las estaba mirando.

Según Inverse, los investigadores estudiaron a 155 gaviotas, tanto polluelos como adultos en distintos tipos de ambiente. Los científicos se aproximaron a las gaviotas mirándolas directamente, o manteniendo sus ojos en el suelo.

La respuesta de huir de la mirada de los humanos parece ser innata: las gaviotas más jóvenes reaccionaron igual que los pájaros más viejos.

Cuando las aves rurales no estaban siendo observadas directamente, permitieron a los humanos acercarse un promedio de dos metros más antes de emprender su vuelo. Para sus contrapartes urbanas, el efecto de ser observado era aún más fuerte: los humanos que no las miraron directamente pudieron llegar hasta 2,5 metros más cerca de estas aves.

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La investigación fue publicada en Animal Behavior. 

Las aves del mundo humano

Las aves son impresionantemente eficientes al momento de adaptarse a ambientes humanos. Las gaviotas, palomas y cuervos han comenzado a vivir entre nosotros, usando diferentes mecanismos de supervivencia.

Las carroñeras playeras han desarrollado grandes cerebros para navegar mejor entre las estructuras urbanas y otros espacios dominados por humanos. Mientras que las palomas dependen ampliamente de la estrategia numérica: se reproducen más frecuentemente para asegurar que sus crías sobrevivan – según afirmó un estudio realizado este año.