La Luna podría estar hecha de magma, de acuerdo a una nueva teoría sobre los orígenes de la compañera cósmica de la Tierra.
La principal hipótesis para el nacimiento del satélite es que un objeto del porte de Marte, llamado Theia, golpeó a nuestro planeta levantando una nube de escombros, los cuales se juntarían en lo que hoy conocemos como “Luna”.
En muchas simulaciones de este proceso, la mayoría de el contenido de dicha nube proviene de Theia, lo cual diferencia al satélite de la superficie terrestre.
Sin embargo, la composición de la Tierra y la Luna son extraordinariamente parecidas, por lo que los expertos en la materia creen que la nube debió haber contenido muchos materiales de nuestro planeta.
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Natsuki Hosono, de la Agencia Japonesa para la Ciencia y Tecnología Marina y Terrestre, junto a sus colegas desarrollaron una seguidilla de nuevas simulaciones que podrían resolver esta interrogante.
En estas simulaciones Theia golpea a una Tierra cubierta en un océano global de magma, en vez de un planeta sólido.
El material hecho de roca ardiente fundida podría haber saltado al espacio mucho más fácilmente que una manto rocoso, haciendo que la nube que formó a la Luna estuviera compuesta de un 70 a un 80% de material terrestre.
Lo cual explicaría el porqué de que nuestro planeta y su satélite compartan tantos elementos similares en su composición.
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Cerca de la mitad del océano de magma habría sido eyectado al espacio, y el núcleo de Theia se habría hundido en la joven Tierra.
La lava luego se habría cristalizado para formar cortezas rocosas, como las que conocemos hoy en día.
“No es imposible que hubiera habido un océano de magma, pero el tiempo es un factor crítico si este fuera el mecanismo a través del cual se formó la Luna”, declaró Jay Melosh, de la Universidad de Purdue en Indiana para The New Scientist.
“Si esta teoría fuese verdad, podría ayudarnos a descubrir cómo la Luna se formó“, agregó.
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Las simulaciones también concordaban con otras dos propiedades importantes del sistema terrestre-lunar; la -relativa- alta velocidad a la que el satélite orbita a nuestro planeta, y el hecho de que la Luna posee más óxido de hierro que la Tierra, elemento que hubiera sido más abundante en roca líquida, que sólida.
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