La confección de una chaqueta requiere de productos provenientes de animales, como el cuero, o de polímeros sintéticos, que en su producción dependen de productos químicos que derivan de combustibles fósiles. Ambas opciones provocan una importante huella de carbono.
Pero la ciencia ha generado una nueva opción para la confección de esta prenda de vestir. Un equipo de investigadores de la Universidad de Viena, revisó y examinó investigaciones y detallaron que los hongos tienen un potencial para producir tejidos sintéticos sostenibles y renovables muy parecidos al cuero.
Según detalló el jefe de la Facultad de Química de esta institución, Alexander Bismarck, los hongos son neutros en CO2 y biodegradables al final de su vida útil.
Este material, que puede ocuparse para elaborar prendas de vestir, se puede producir a partir de hongos reciclando subproductos agrícolas y forestales de bajo costo. Como el aserrín, que permite el crecimiento del micelio fúngico para el crecimiento vegetativo de hongos filamentosos.
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“Como resultado, estas láminas de biomasa fúngica se ven como cuero y exhiben materiales y propiedad táctiles comparables“, explica Bismarck.
En este artículo de revisión, que fue publicado en Nature Sustainability, los científicos revisaron y examinaron la sostenibilidad de los cueros bovinos y sintéticos, y detallaron los desarrollos y comercializaciones de sustitutos del cuero derivados de hongos.
Los autores afirman que, actualmente, el mayor desafío para generar este tipo de materiales que tienen similitud, pero que derivan de los hongos, es lograr piezas de tejido grueso y áspero de micelio homogéneas y consistentes.
Según detalló Alexander Bismarck a The New York Times, este material “aún se siente y huele un poco, pero parece un pedazo de chaqueta de cuero vieja”.
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El mismo investigador también señaló que parte de los beneficios y usos de este producto, tienen relación con los diferentes tipos de hongos y sus propiedades, ejemplo de ello son la dureza del producto, su resistencia al agua y además la enorme cantidad de especies.
Si bien en las pruebas de durabilidad ha habido buenos resultados, se mantienen las incógnitas respecto a la dureza que pueda mantener durante los años. “Los resultados iniciales de la industria indican que la durabilidad es bastante buena en comparación con el cuero animal”, explicó el investigador principal Mitchell Jones.
El uso de este producto no es nuevo. Ya en 1950 se patentaron algunos inventos con la misma base, entre ellos papel y apósitos para heridas. Actualmente, y tras investigaciones, empresas como MycoWorks y Bolt Threads comenzaron a fabricar y vender sus productos de cuero en base a hongos.
La industria recién inicia su producción, por lo tanto sus precios aún son elevados. Realidad que para Jones cambiará una vez que esta área de producción crezca.
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