Los 4 hipopótamos de Pablo Escobar ahora son 80 y están causando estragos en Colombia

A principio de los ’80, el infame capo de la droga Pablo Escobar creó un zoológico lleno de animales exóticos en Colombia. En éste habían Rinocerontes, jirafas, cebras e hipopótamos.

Cuando el imperio de Escobar se desplomó en los ’90, los animales fueron trasladados a otras locaciones, excepto por los hipopótamos, quienes son considerados una especie invasiva que está causando estragos en el ecosistema acuático colombiano. Esto, de acuerdo a un nuevo estudio de la revista Ecology.

Los cuatro hipopótamos de Escobar se multiplicaron llegando a la cifra no menor de 80. Los investigadores de la Universidad de California, San Diego, además de la Pedagógica y Tecnológica de Colombia pasaron dos años estudiando la calidad del agua y los microbiomas de los lagos que cuentan con hipopótamos, comparándolos con los que no.

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Estas verdaderas bestias tienen costumbres nocturnas, alimentándose en la tierra durante la noche y pasando sus días enfriándose en el agua. La cantidad excremento que están soltando en el agua están soltando en el agua están alterando sus niveles de oxígeno y balance químico.

Resulta que las heces de hipopótamo están fertilizando a bacterias y algas nocivas. Esto puede conducir al florecimiento de algas problemáticas similares a la marea roja, lo que puede enfermar a animales y humanos.

Los hipopótamos son difíciles de atrapar y peligrosos de confrontar, aseguraron en una declaración de prensa. Probablemente, la población de hipopótamos colombianos seguirá creciendo dramáticamente en los próximos años, lo que podría alterar aún más el ecosistema acuático, ya que podrían comenzar a interactuar con los manatíes locales o las tortugas gigantes de río.

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“Si quisiéramos identificar cuánto crecerá su población, nos inclinamos a afirmar que se disparará exageradamente”, aseguró Jonathan Shurin, profesor de ciencias biológicas de la UC San Diego y principal autor del estudio en la nota de prensa.

“En el siguiente par de décadas deberían haber miles de ellos. Este estudio sugiere que deberíamos hacer algo de forma urgente con ellos. La pregunta es: ¿Qué?”, concluyó.