China descubrió coronavirus en pollos importados de Brasil - (01:57)
Rumores sobre el COVID-19, diferentes estigmas y teorías conspirativas han estado circulando en 25 diferentes lenguajes a lo largo de 87 países. Según los datos recopilados en una reciente investigación, esta “desinformación” ha conducido a muertes, daños y perjuicios de cientos de personas.
El estudio, publicado en la revista American Journal of Tropical Medicine and Hygiene, involucró el análisis de diferentes rumores relacionados al coronavirus posteados en redes sociales, medios digitales y otros portales web entre el 31 de diciembre y el 5 de abril.
Los investigadores, provenientes de diferentes instituciones en Bangladesh, Australia, Tailandia y Japón, definieron la palabra “rumor” como cualquier información sin verificar que podría ser real, alterada, o completamente falsa una vez corroborada.
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Asimismo, “estigma” fue relacionado a posteos que discriminarán o devaluarán grupos. Mientras que las “teorías conspirativas”, fueron definidas como creencias de individuos o grupos de personas que trabajan en secreto para alcanzar metas maliciosas.
Los expertos identificaron 2.311 reportajes relacionados a desinformación sobre COVID-19 en 25 lenguajes en más de 87 países; y de aquellos escritos 89% fueron clasificados como rumores; 7,8% como teorías conspirativas; y 3,5% como estigmas.
El estudio incluyó algunos ejemplos: “los huevos de aves de corral están contaminados con coronavirus” y “beber cloro podría eliminar al virus” fueron clasificados como rumores; “todas las enfermedades surgen de China” fue clasificado como un estigma.
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Otro repetido en el informe era que “COVID-19 es una arma biológica financiada por la Fundación Bill & Melinda Gates para aumentar la venta de vacunas”, el que fue clasificado como una teoría conspirativa.
Los investigadores descubrieron que la mayoría de estas fake news provinieron de la India, Estados Unidos, China, España, Indonesia y Brasil.
El análisis demostró que el 24% de los reportes generales estaban relacionados a los síntomas del COVID-19, muertes o transmisión del coronavirus; 21% estuvo relacionado a los esfuerzos de control; 19% a tratamientos o curas; 15% a la causa u orígenes de la pandemia; y 1% a violencia; y 20% misceláneos.
Tal cantidad de desinformación puede conducir a perjuicios o muertes, afirmaron los autores en su estudio.
“Los rumores se pueden enmascarar como de prevención de infecciones creíbles y estrategias de control, pudiendo tener implicancias graves si se priorizan sobre las guías de acción basadas en evidencia. Por ejemplo, un mito popular en relación a que el alcohol altamente concentrado podría desinfectar al cuerpo y matar al virus ha estado circulando en diferentes partes del mundo”, escribieron los investigadores.
“Siguiendo esta desinformación, aproximadamente 800 personas han muerto, mientras que 5.876 han sido hospitalizadas y 60 quedaron completamente ciegas luego de beber metanol como una ‘cura’ contra el coronavirus”, agregaron.
El estudio tiene sus limitaciones, incluyendo que la información provino de plataformas online públicamente disponibles; por lo que pudo haber sido un nido más amplio de desinformación.
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