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Los efectos del SARS-CoV-2 a largo plazo aún están por conocerse del todo pues la pandemia tan solo lleva medio año y muchas de sus secuelas e inclusos síntomas todavía se desconocer.

Sin embargo, un grupo de científicos de la Universidad de Monash, Australia, pudo establecer una relación entre la aparición repentina de la diabetes en pacientes COVID-19 que antes no sufrían insuficiencia de insulina, especialmente en portadores asintomáticos del coronavirus.

En la mayoría de las personas con diabetes tipo 1, las células inmunes del cuerpo comienzan a destruir las células β, que son responsables de producir la hormona insulina, en el páncreas, a menudo de forma repentina. En los casos de estudio, los investigadores sugieren que el virus había destruido células β, porque la sangre no contenía los tipos de células inmunes que típicamente dañan los islotes pancreáticos donde viven las células β.

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La diabetes ya es conocida por ser un factor de riesgo clave para el desarrollo del COVID-19 y las personas con la enfermedad son más propensas a morir. “La diabetes es dinamita si contraes COVID-19“, dice Paul Zimmet, quien estudia la enfermedad metabólica en la Universidad de Monash.

Ahora, Zimmet se encuentra entre un número creciente de investigadores que piensan que la diabetes no solo hace que las personas sean más vulnerables al coronavirus, sino que el virus también podría desencadenar diabetes en algunos. “La diabetes en sí misma es una pandemia al igual que la pandemia de COVID-19. Las dos pandemias podrían estar chocando”, dice.

Creciente evidencia

Los pacientes estudiados han desarrollado diabetes espontáneamente después de haberse infectado con el SARS-CoV-2. La evidencia también revela que docenas de personas con COVID-19 que han llegado al hospital con niveles extremadamente altos de azúcar en la sangre y cetonas, que se producen a partir de depósitos grasos en el hígado. Cuando el cuerpo no produce suficiente insulina para descomponer el azúcar, utiliza cetonas como fuente alternativa de combustible. “En ciencia, a veces hay que comenzar con muy poca evidencia para perseguir una hipótesis“, dice Zimmet.

Los investigadores también citan otras pruebas. Varios virus, incluido el que causa el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), se han relacionado con afecciones autoinmunes como la diabetes tipo 1. Y muchos órganos involucrados en el control del azúcar en la sangre son ricos en una proteína llamada ACE2, que el SARS-CoV-2 usa para infectar las células, publica la revista Nature.

La última pista proviene de un estudio experimental en páncreas en miniatura cultivado en laboratorio publicado la semana pasada. Sugiere que el virus podría desencadenar la diabetes al dañar las células que controlan el azúcar en la sangre.

Pero otros investigadores son cautelosos acerca de tales sugerencias. “Necesitamos vigilar las tasas de diabetes en aquellos con COVID-19 anterior y determinar si las tasas aumentan más allá de los niveles esperados“, dice Naveed Sattar, investigador de enfermedades metabólicas de la Universidad de Glasgow, Reino Unido.

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Para establecer un vínculo, los investigadores necesitan evidencia más sólida, dice Abd Tahrani, clínico-científico de la Universidad de Birmingham, Reino Unido. “Se necesitan estudios de cohorte epidemiológicos bien construidos y estudios mecanicistas y experimentales“, dice.

La fatiga y la pérdida muscular causadas por una infección grave también pueden empujar a las personas en riesgo de la afección a un estado pre-diabético, dice Sattar. Solo los estudios a largo plazo revelarán lo que realmente está sucediendo, agrega.

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