Un millón de aves marinas murió en menos de un año como resultado de una masa de calor oceánico gigante, de acuerdo a una nueva investigación.

Un estudio realizado por la Universidad de Washington descubrió que los pájaros, llamados araos comunes, murieron probablemente por inanición entre el verano de 2015 y la primavera de 2016.

La mayor parte de los cadáveres de dichas aves marinas nunca alcanza a tocar la costa, así que mientras 62 mil araos fueron encontrados muertos o agonizando a lo largo de las costas de Alaska, Washington, Oregon y California, los investigadores estimaron que el número total de fallecidos era más cercano a 1 millón.

La mayor parte de los cuerpos terminaron en Alaska. En el Estrecho Prince William al sur del gélido estado norteamericano, cerca de 4.500 aves muertas fueron encontradas cada 1 kilómetro.

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Fuente: The Guardian

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La causa de la masa sería una grave ola de calor marina, la cual se cree fue producto de un anticiclón que apareció por primera vez en 2013. El fenómeno climático conocido como El Niño aceleró el alza de las temperaturas a comienzo de 2015 y, para el 2016, los termómetros de las aguas del sector marcaban 6°C por sobre el promedio.

Los anticiclones se forman cuando una masa de aire se enfría, contrae y se vuelve más densa, incrementando el peso de la atmósfera y la presión del aire superficial.

Los mapas de calor del periodo mostraron una enorme masa roja creciendo, expandiéndose por más de 1 millón de kilómetros cuadrados; esto equivale a cuatro veces el tamaño de Nueva Zelanda.

El estudio descubrió que los araos probablemente murieron de hambre. El ave marina debe comer casi la mitad de su peso para sobrevivir, pero la comida escaseó en medio de la dura competencia con otros animales.

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Los océanos más cálidos causaron que peces más grandes, como el salmón, sufrieran un aumento de metabolismo, lo que inició una pelea por comer la mayor cantidad de peces pequeños posible.

De acuerdo al estudio, la cantidad limitada de comida produjo una reducción en las colonias de apareamiento a lo largo de la región. Entre las temporadas de reproducción de 2015 y 2016, más de 15 colonias no produjeron ni un solo polluelo. El ave marina no ha logrado recuperarse de la muerte masiva anteriormente mencionada.

“La magnitud y escala de esta falla no tiene precedente”, afirmó John Piatt, investigador a cargo de la publicación, a The Guardian. “Fue sorprendente y alarmante, y una clara advertencia de cómo el calentamiento de los océanos puede afectar al ecosistema marino”, concluyó.

Los expertos no pudieron determinar cuánto tiempo llevará a la colonia de araos recuperarse, o si lo hará en algún momento.

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