¿De dónde vienen los sueños? Una pregunta tan vieja como el tiempo mismo y una que las personas se han interrogado y teorizado por miles de años.

Y mientras las civilizaciones antiguas pudieron haber interpretado los sueños como si tuvieran orígenes sobrenaturales o espirituales, en las sociedades modernas somos más propensos a analizar estos procesos en relación a nuestra vida diurna, buscando conexiones significativas entre el mundo onírico y el real.

“Investigaciones han entregado repetidamente fuerte apoyo a lo que los científicos se refieren como: ‘la hipótesis de la continuidad de los sueños’: que afirma que la mayoría de los sueños son continuaciones de lo que está ocurriendo en nuestra vida diaria”, aseguró Alessandro Fogli, científico computacional  de la Universidad Roma Tre en Italia, en un nuevo estudio.

Estas teorías psicológicas datan desde el trabajo de Sigmund Freud y otros expertos del siglo XX, quienes estuvieron a la cabecera de la noción de que los sueños tienen significados ocultos que pueden ser desbloqueados cuando son analizados en el contexto de las experiencias reales de las personas.

En los análisis oníricos contemporáneos, los terapistas intentan ayudar a los pacientes a interpretar sus sueños usando reportes de sueños para buscar pistas, símbolos y estructuras que puedan corresponder con otras partes de la vida del paciente.

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Uno de los sistemas más referenciados al momento de interpretar sueños es el de Hall y Van de Castle, el cual codifica las ensoñaciones en términos de los personajes que aparecen en ellas, las interacciones que estos tienen y los efectos que tienen en dichos actores, entre otros diversos conceptos.

Hay un problema con el sistema, puede ser un lento proceso que consume mucho tiempo. Es por esto que los científicos del sueño están buscando soluciones algorítmicas que puedan automatizar la tarea de reconocer y anotar los contenidos de los sueños en términos similares a los del método de Hall y Van de Castle.

En un nuevo estudio, Fogli y su equipo descubrieron una nueva forma de realizar el análisis – una que usaron para indagar en los sueños de 240.000 personas en base a un fondo de información público llamado el “Banco de los Sueños”.

“Diseñamos una herramienta que puede puntuar automáticamente los reportes de los sueños, operacionalizando el análisis onírico ampliamente usado de Hall y Van de Castle”, explican los investigadores. 

“Validamos la efectividad de la herramienta en comparación a los reportes hechos a mano y probamos lo que los científicos del sueño llaman la “hipótesis de continuidad” en esta escala sin precedentes”, agregaron. 

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La herramienta se concentra en los personajes, interacciones sociales y palabras emotivas de los reportes de sueños. 

“Estas 3 dimensiones son consideradas las más importantes de la interpretación onírica, ya que definen la médula de la trema de los sueños: quien estuvo presente, qué cosas hizo y qué emociones fueron expresadas”, agrega Fogli. 

La herramienta obtuvo un éxito de 3/4 en comparación el método tradicional; lo que si bien no es un puntaje perfecto, es una señal que sugiere que los desarrollos tecnológicos como este podrían entregan nuevas formas de avanzar el campo del análisis onírico. 

Los investigadores también descubrieron que su información apoya a la hipótesis de la continuidad – la noción de que los sueños continuaciones de lo que pasa día a día. De acuerdo a los investigadores, los reportes oníricos contuvieron diferentes “marcas estadísticas” reflejando lo que los pacientes probablemente experimentaron en la vida real. 

Los hallazgos fueron reportados en la revista Royal Society Open Science

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