¿Cuántos años tiene tu mascota? Estudio revela sorprendente dato sobre la edad de los perros

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Atención porque los perros no sólo envejecen siete veces más rápido que los humanos, sino que los canes jóvenes, pueden ser mucho más viejos de lo que se pensaba. Los hallazgos sugieren que un cachorro de un año, en realidad tiene 30 “años humanos”. Edad en la que nosotros, los humanos, en teoría, ya debiéramos ser maduros

Hallazgos difundidos en la revista Cell Systems, nos dicen que investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California, describieron cómo indagaron desde cambios epigenéticos hasta el mismo ADN animal, averiguando los sistemas que activan y desactivan ciertos genes.

El equipo observó la forma en que unas moléculas particulares, llamadas grupos metilos, se acumulaban en ciertas áreas del genoma humano con el tiempo y las compararon a cómo se acumularon en el de los perros.

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“Los grupos metilo son grupos químicos pequeños, constituidos por un átomo de carbono enlazado de tres átomos de hidrógeno, formando una molécula química eléctricamente neutra. Estos grupos metilo, decoran el genoma humano y del genoma de otras especies eucariotas, incluso el ADN de las bacterias se metila, sin alterar la secuencia del ADN en sí misma, sin alterar el hardware”, asegura Marcela Sjoberg, investigadora de Ciencias Biológicas UC.

“El perfil de distribución de estos grupos metilos a lo largo del genoma cambia de manera dinámica desde la fecundación, el desarrollo embrionario, la diferenciación celular, el envejecimiento y en respuesta a estímulos del medio ambiente. Esta dinámica nos habla de que es una modificación química reversible, y cuya localización-distribución está finamente regulada”, agregó Sjoberg.

La verdadera equivalencia de años

Los resultados que utilizaron información genética de alrededor de 100 labradores, desde jóvenes hasta adultos mayores, revelaron que cada año de perro no equivale a siete humanos como se pensaba.

En vez de eso, los perros mostraron una acumulación mucho más rápida de grupos metilos en su genoma dentro del primer año, sugiriendo que envejecen mucho más rápido. Sin embargo, a medida que el tiempo avanza, el ritmo al que envejecen los perros (en comparación a los humanos) se vuelve bastante más lento.

Así, un perro de un año tendría 30 años en “edad humana”, mientras que cuando llega a los cuatro, sería equivalente a 54. Para el tiempo en que llegan a los 14, sólo estarían alcanzando la mitad de sus 70 años.

La relación, asegura el equipo, se describe con la fórmula: edad humana = 16 ln(edad_perro) + 31. En matemáticas, “ln” se refiere al logaritmo natural de un número.

Aseguran que el trabajo se debe repetir en otras razas de perro. Pero, dicen que para cachorros y perros adultos mayores, la relación de edad parece reflejar ciertos hitos que, tanto humanos como canes, experimentan.

“Por ejemplo, el epigenoma tradujo siete semanas de perro a 9 meses de humano, correspondiendo a la etapa infante, cuando surgen los dientes definitivos tanto en cachorros como en humanos”, indica el estudio. “En adultos mayores, la esperanza de vida para los labradores es de 12 años, lo que se traduce correctamente a la expectativa de vida humana, es decir 70 años”, agregaron.

Además, descubrieron que los vínculos son menos exactos cuando se ahonda en los hitos de la etapa adolescente y de mediana edad, pero aún así son mucho más precisos que la concepción previa que se tenía: que los perros envejecen a siete veces más rápido que lo hace un humano.

El informe sugiere que los perros y humanos acumulan grupos metilos en algunos de los mismos genes mientras envejecen. Estos estarían involucrados en una gran cantidad de funciones enlazadas al desarrollo, incluyendo la forma en que se organizan la conexión entre las neuronas.

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“Con la edad la maquinaria encargada de replicar los perfiles de metilación del genoma se va desgastando y va fallando a nivel más global. Con la consecuente alteración de los perfiles normales de metilación, lo que va generando zonas hypometiladas dentro del genoma despertando a dichos elementos de naturaleza repetitiva”, agregó la especialista UC.

“A la vez producto de alteraciones en la misma maquinaria enzimática o en maquinarias enzimáticas que cooperan con la metilación del ADN en la regulación de la función del genoma, se va acumulando metilación de forma anómala en regiones locales específicas, apagando genes guardianes importantes para suprimir por ejemplo, la aparición de tumores”, concluyó Sjoberg.

¿Perros en edad humana?

“El cálculo de la edad de los perros ha tenido una connotación romántica y emotiva por parte de nosotros los humanos. Pero ha servido para educar a la población de que los perros tienen necesidades nutritivas y de manejo que van cambiando según la edad”, aseguró Daniela Figueroa, Fundadora One Health Latinoamérica+Ibero y El Caribe.

La profesional asegura que gracias a diferentes evidencias epidemiológicas, sabemos que la sobrevida en los perros va en promedio de 10 a 12 años y que existen razas más propensas a presentar ciertas enfermedades que otras. Debido a la endogamia que los humanos provocan a seleccionar razas puras, esto ha provocado la presentación de ciertas enfermedades ligadas a genes, que determinan las características físicas o conductuales que la humanidad ha necesitado o le ha gustado, producto de esta selección artificial.

“En las Ciencias Veterinarias, el cálculo de la edad de los animales es a partir de un conjunto de características fenotípicas, las que son moduladas por el ambiente en que se desarrolla el animal, es decir, depende del tipo de raza, tamaño y condiciones de salud y bienestar que tuvo en los primeros años de desarrollo”, agrega la especialista.

Figueroa explica que este cálculo se hace observando la emergencia de la dentadura temporal (los dientes de leche), cómo van cambiando a su dentadura definitiva, existiendo un esquema para ello. En edades más avanzadas se ve el rasamiento de los dientes, que muchas veces puede tener un margen de error porque depende mucho del tipo de alimentación que recibió esa mascota (por ejemplo, una dieta muy rica en huesos o dietas que predisponen a la aparición de sarro).

“Otro modo de reconocer es a través del primer celo, el que ocurre a los seis meses en razas pequeñas y a los 12 meses en razas adultas, siendo identificado como el primer sangramiento. Otro modo es a través de la radiografía de los huesos largos, donde se ve que al año en razas pequeñas y los 18 meses en razas grandes se osifica el cartílago de crecimiento y ese hueso dejará de crecer”, explica la especialista.

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En etapas más adultas, esta estimación va siendo cada vez menos precisa y dentro del ojo clínico se basa en cambios fenotípicos que acompañan a la edad como, por ejemplo, flacidez facial, presencia de canas, rasamiento dental, pérdida de elasticidad cutánea, cambio en la coloración y brillantes de las mucosas, entre otros, con una precisión muy estimativa.

“El envejecimiento es un proceso multifactorial, que conduce a la disminución de la función de la mayoría de los órganos y tejidos. Al igual que las personas, los perros muestran disminuciones significativas en la función de todos los principales sistemas de órganos con la edad. Estos incluyen aumentos asociados a la edad en la prevalencia de muchas formas de cáncer, enfermedad renal, neurodegeneración y deterioro cognitivo, sarcopenia, diabetes y obesidad, trastornos oculares y cataratas, anomalías cardíacas y osteoartritis“, indica Figueroa. “Este tema ha resurgido con mucho ímpetu en los últimos años siendo estudiado por la medicina traslacional, escrito en libros como Zoobiquity dentro del marco de trabajo de un enfoque multidisciplinario llamado One Health, línea de pensamiento complejo bien establecida en los países desarrollados”, concluye.