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Se estima que 7.600 toneladas de basura están flotando alrededor de la órbita de La Tierra como resultado de años de viajes espaciales y la poca regulación de la limpieza del espacio.

A raíz de esta problemática, se probó con éxito la tecnología del satélite británico RomoveDEBRIS, el cual ocupó una red para capturar la basura espacial.

Este experimento es administrado por empresas e investigadores, liderados por el Centro Espacial Surrey del Reino Unido, la empresa Surrey Satellite Technology Ltd.y Ariane Group.

Según comentaron los expertos a CNN, esta demostración -que se realizó esta semana- es la primera prueba exitosa de la tecnología de limpieza espacial.

El satélite continuará con algunas pruebas durante los próximos meses, entre ellas, la opción de navegación para que guíe a RemoveDebris a la pieza específica. Su meta es recoger cerca de 40 mil pedazos de desechos.

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El financiamiento

Jonathan McDowell, astrofísico del Harvard-Smithsonian, afirmó que el éxito de la prueba fue emocionante, pero agregó que “el diablo siempre está en los detalles”, agregando que “lo más desalentador es descubrir cómo financiar el proyecto”.

Este proyecto costó 15 millones de euros (más de 11 mil millones de pesos chilenos) y fue financiado por los grupos involucrados y por la Comisión Europea. McDowell hizo énfasis en que tomará más de un satélite para que el impacto pueda ser significativo.

No se puede simplemente tener un camión de basura dando vueltas y recogiendo cada escombro. Cambiar de una órbita a otra requiere tanto combustible de cohete como llegar allí, por lo que es difícil encontrar una solución que es rentable”, agregó.

Por su parte, Guglielmo Aglietti, profesor de Surrey, afirmó que tendrán como reto “convencer a las autoridades pertinentes para patrocinar esta misión”.

Los problemas geopolíticos

Los expertos también revelaron a CNN que los acuerdos internacionales no permiten que un proyecto que realiza un país, toque objetos puestos en órbita por otra nación. Es decir, este satélite a cargo de Reino Unido no puede seguir un cohete de Rusia, por ejemplo.

“Se debe hacer un esfuerzo internacional para reclamar la propiedad de los escombros y ayudar a financiar su remoción segura”, afirmó Xander Hall, ingeniero de Airbus.

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