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Existen muchos animales que requieren de esfuerzos de conservación. Adorables seres como pandas y koalas, o bestias inteligentes como las ballenas y los pulpos, por nombrar algunos.
Sin embargo, un grupo de científicos nos sugiere que no debemos olvidar a un grupo particular de odiadas criaturas que también necesitan nuestra asistencia: los parásitos.
El equipo explica que estos seres tienen un pequeño problema de comunicación externa. No solo son monstruos chupasangres u oportunistas (aunque a veces parezcan serlo); según explica el equipo, los parásitos también cumplen roles significantes e increíbles para la ecología.
Los parásitos influencian la supervivencia y reproducción de muchas especies huéspedes, formando vitales enlaces en las cadenas alimenticias. Por ejemplo, estos pequeños animales incrementan en un 30% la captura de peces por parte de aves predatorias, alterando el cerebro de las criaturas marinas en las cuales habitan.
“Los parásitos son un grupo increíblemente diverso de especies, pero como sociedad, no reconocemos su valor biológico”, asegura la ecóloga Chelsea Wood de la Universidad de Washington a ScienceAlert.
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“El punto de este trabajo es enfatizar que estamos perdiendo parásitos y las funciones que ellos cumplen en la naturaleza sin siquiera darnos cuentas o reconocerlo”, agrega Wood.
El paper es parte de un tomo completo de la revista Biological Conservation dedicada a la conservación de los parásitos. El foco del equipo de Wood al interior del ejemplar se enfoca en crear un plan global de conservación de los parásitos”.
“Encontrados a través del árbol de la vida y en cada ecosistema, estos seres son algunos de los más diversos y ecológicamente importantes animales del planeta; pero en la gran mayoría de los casos, los menos protegidos por los esfuerzos conservacionistas”, explican los autores en el texto.
“Nuestro grupo identificó 12 metas para la siguiente década que podrían ayudar a la conservación de la biodiversidad parasitaria a través de una ambiciosa mezcla de investigación, protección y manejo”, agregaron.
Ahora, parecería extraño interesarse tanto en los parásitos, incluso cuando no estamos seguros de cómo se encuentran los animales a quienes ellos habitan, quienes quizá también estén enfrentándose a riesgos de extinción.
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Los especialistas explican que, los esfuerzos de conservación se enfocan en los animales más grandes, dejando poco lugar a los huéspedes que los habitan; se ha identificado solo el 10% de los parásitos que se sostienen a las vidas de otras criaturas.
“Si una especie no tiene nombre, no podemos salvarla”, asegura el coautor del estudio, biólogo de la Universidad de Georgetown.
“Hemos aceptado que por décadas los científicos han descubierto a gran parte de los animales y plantas. Sin embargo, sólo se han identificado una fracción de un porcentaje de todos los parásitos del planeta. Con esto se ignoran todas las fronteras finales: las profundidades del mar, los rincones del universo, y lo que yace al interior de todas las criaturas vivientes del planeta”, concluyó el experto.
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