Un equipo de investigadores logró demostrar que un niño neandertal fue sepultado a propósito hace más de 41 mil años, aportando nueva evidencia a la idea de que estos humanos primitivos tenían ritos funerarios.
El esqueleto del menor fue desenterrado en el año 1973, en un sitio ubicado al suroeste de Francia llamado La Ferrassie. Sin embargo, los expertos decidieron volver a estudiar los restos y el lugar donde fue sepultado, lo cual les permitió obtener pruebas sólidas sobre esta hipótesis.
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A pesar de que se han hallado más de una decena de esqueletos de neandertales enterrados en Eurasia, el escepticismo persistía en el mundo científico, ya que la mayoría de estos restos fueron excavados a comienzos del siglo XX, sin las rigurosas técnicas modernas.
En esta oportunidad, el equipo realizó una investigación minuciosa de los huesos, analizando el estado de conservación, además del estudio de proteínas, genes, datación, etc. Asimismo, utilizaron las anotaciones de investigadores previos, para reconstruir e interpretar la distribución espacial de los restos.
“Los huesos, que estaban relativamente dispersos, habían permanecido en su posición anatómica. Su conservación, mejor que la del bisonte y otros herbívoros que se encuentran en el mismo estrato, indica un entierro rápido después de la muerte”, señalaron los expertos a través de un comunicado.
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Además, lograron detectar que el niño, apodado como Le Farrasie 8, tenía aproximadamente 2 años al momento de ser enterrado. Los investigadores detallaron que “serán necesarios más descubrimientos para comprender la cronología y extensión geográfica de las prácticas funerarias neandertales”.
“La elaborada actividad funeraria es exclusiva del linaje humano y el surgimiento de este comportamiento puede enmarcarse en el contexto más amplio de la creciente complejidad de las capacidades cognitivas y simbólicas”, sostienen los autores en el estudio publicado en la revista Scientific Reports.
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