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Uno de los problemas que ha quedado en evidencia durante la pandemia del COVID-19 es la dificultad que tienen las familias para acceder a alimentos. Un estudio aplicado por la Universidad de Santiago, en colaboración de la U. Del Desarrollo y del Bío-Bío, entregó diversas conclusiones respecto a la mala alimentación y falta de acceso que han tenido las familias durante la pandemia.
El 60% de los encuestados asegura estar preocupado por no tener suficientes víveres durante la emergencia sanitaria. En tanto, cuatro de cada 10 familias modificaron sus regímenes alimenticios.
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El estudio aplicado a 2 mil 784 personas y en palabras de uno de los autores, el académico de la Facultad de Ciencias Médicas, Doctor Tito Pizarro, concluyen dos puntos. En primer lugar, que las personas mayoritariamente tienen claro que los alimentos saludables como frutas, legumbres, pescados, lácteos y agua son de primera necesidad en el hogar.
Frente a eso, Pizarro señala a Futuro 360 que “creen que la gente no sabe y por eso come mal. No, la gente sabe, entiende y tiene muy claro que lo central y esencial que tiene que estar en la casa son los alimentos saludables”. Con eso, llega una segunda conclusión que tiene relación al acceso. “La población encuestada, mayoritariamente, no pueden tener acceso o tienen dificultades para tener acceso para una alimentación saludable”, señala.
Agrega que cerca de la mitad de los encuestados afirmó tener problemas para alimentarse, por diversas razones. “Una es por la posibilidad de tener acceso al alimento. Pero segundo por un tema de precio, por problemas económicos de la familia, hay un dificultad para adquirir alimentos. Los alimentos no saludables son más baratos y están más disponibles o duran más, por lo tanto la gente opta por esos alimentos, lo cual duplica necesariamente una mala alimentación. Lo cual no es novedad, Chile tiene una mala alimentación”, agrega el Dr. Pizarro.
Respecto a esto, la presidenta del Colegio de Nutricionistas, Cecilia Sepúlveda, señala que la población en general tiene claro lo que es la alimentación saludable, “pero lamentablemente y, pensando en cómo han ido aumentando los precios, es verdad la gran mayoría de la población, no tiene los medios para comprar de una canasta saludable. O sea, una canasta de alimentación saludable en marzo, antes de la pandemia, era un 34% más cara que una canasta básica”, detalla.
La nutricionista señala que el estudio evidencia un problema de los hogares. “El 75% de la población tiene un ingreso básico, la verdad es que no va a alcanzar, porque además se va a generar un acomodo de la economía del hogar (…) De alguna forma, las personas van a derivar de este porcentaje de alimentación hacia los servicios básicos”, señala.
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Ambos profesionales concuerdan en que, si bien es un problema que está afectando gravemente en la actualidad a la población, advierten que las medidas deben ser a largo plazo e implementadas desde ya.
En ese aspecto el Dr. Tito Pizarro propone potenciar programas que ya están disponibles – como la entrega de alimentos en escuelas o centros de salud- e infraestructuras y redes locales. Por ejemplo, la entrega de algún sistema de bonos o tarjetas que puedan ser usadas en el comercio local.
“Pero no sólo por una vez, de forma permanente, de manera que las familias dejen de moverse en búsqueda de alimentos, tenga una entrada de alimentos seguros y además de buena calidad. Entonces actuamos en dos niveles, uno a nivel de mejorar la salud de la población y segundo, evitamos que se enfermen al salir a buscar a lugares muy concurridos”, propone.
A ellos agrega que es importante que a través de los municipios se gestione la distribución de alimentos y ayuda para un funcionamiento seguro de las ferias. Afirma que el actual proceso de entrega de cajas de alimentos puede ser aprovechado para mejorar la alimentación de las personas a través de la entrega de alimentos saludables.
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Por su parte, la nutricionista Cecilia Sepúlveda reitera que hay varias estrategias que se pueden implementar. Como la entrega de una “Tarjeta Verde”, que sólo se utilice para comprar comida saludable en ferias. También sostiene que tiene que haber un precio mínimo establecido en ciertos alimentos.
La profesional también señala que el Estado, podría fortalecer los bancos de alimentos fomentando el que las empresas donen a estos. “Hay gente que de verdad está pasando dificultades serias para alimentarse, esto no es mentira”, reflexiona Pizarro.
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