La imagen microscópica muestra dos células bacterianas rodeadas por varias fibrillas blancas del péptido del anfibio (02:36)
El trabajo liderado por cientificos de Technion-Instituto de Tecnología de Israel y el Laboratorio de Biología Molecular (EMBL) de Hamburgo, Alemania, descubrieron que la piel de un sapo australiano, Uperoleia mjobergii, segrega un arma mortal contra las bacterias como parte de sus sistema inmunitario.
El estudio publicado en la revista PNAS explica como funciona el mecanismo de regulación del fétido antimicrobiano que se auto-ensambla en una estructura fibrosa única atravesada de un mecanismo de adaptación estructural transformándosela en un arma mortal, esto significa que el sapo puede cambiar su forma en presencia de bacterias para protegerse de posibles infecciones.
Meytal Landau, bióloga estructural y autora principal del estudio, indica que “este es un mecanismo de protección sofisticado del sapo, inducido por las propias bacterias atacantes... Este es un ejemplo único de diseño evolutivo de estructuras supramoleculares intercambiables para controlar la actividad”.
El descubrimiento sugiere que esta sustancia se una en forma de fibrillas amiloides altamente estables, tal cual como ocurre en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el párkinson, con el propósito de servir como depósito de poténciales moléculas atacantes las cuales se pueden activar cuando hay bacterias presentes.
Los investigadores explican que con este descubrimiento esperan conducir a futuras aplicaciones médicas y tecnológicas, como el recubrimiento estable para dispositivos médicos, implantes, o equipos industriales. Además, agregan que no solo podría ser efectismo como armas contra bacterias, sino que también contra células cancerígenas.
Las propiedades únicas descubiertas en el amiloide del péptico bacteriano del sapo podría arrojar luz sobre las cualidades fisiológicas de las fibrillas amiloides asociadas con trastornos neurodegenerativos y sistemáticos.
Deja tu comentario