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Profundo al interior de las gruesas y venenosas nubes que envuelven a Venus, la atmósfera de nuestro planeta vecino se está comportando bastante extraño. Una gigante y desconocida muralla de nubes de escala global está viajando hacia el oriente alrededor del planeta cada 4,9 días; y aparentemente lo ha estado haciendo desde 1983.
El masivo evento puede llegar a medir 7.500 kilómetros, extendiéndose a través del Ecuador tanto en las latitudes medianas del norte y el sur. Se puede presentar a altitudes relativamente bajas de entre 47,5 y 56,5 kilómetros. Un fenómeno que nunca había sido visto al interior del Sistema Solar.
“Si esto pasara en la Tierra, se transformaría en una superficie frontal del porte del planeta. Lo que es increíble”, aseguró a ScienceAlert Pedro Machado, investigador del Instituto de Astrofísicas y Ciencias Espaciales de Portugal.
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Venus es un lugar bastante extremo, si consideramos que es un planeta rocoso dentro de la zona habitable del Sistema Solar. Está completamente cubierto de una gruesa atmósfera compuesta casi en su totalidad por dióxido de carbono (CO2), la cual rota 60 veces más rápido que el planeta mismo provocando mortales ráfagas de viento.
Además; llueve ácido sulfúrico y su presión atmosférica en la altitud 0 es casi 100 veces más fuerte que en la Tierra. Si eso no fuera suficiente, la temperatura al interior del cuerpo celeste alcanza los 471ºC en promedio, transformándolo en el planeta más caliente del sistema.
Dicha tormentosa atmósfera es un lugar fascinante y propenso a provocar enormes olas. Una estructura similar a un arco de 10.000 kilómetros de largo que aparece y desaparece en la atmósfera superior se conforma por una onda gravital estacionaria, la cual se cree se gesta por el choque de la rotación natural de las capas del planeta contra una montaña.
Sin embargo, el nuevo descubrimiento es diferente a los hallazgos previos. Es mucho más profundo que cualquier ola atmosférica previamente observada en Venus, ocurriendo en las capas de nubes responsables por el efecto de invernadero que eleva la temperatura de la superficie del planeta.
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Un detenido análisis junto a indagaciones previas, demostró que el evento ocurre frecuentemente pero que pasó desapercibido desde al menos 1983, debido al largo tiempo de observación que se requirió para su descubrimiento.
Si bien la investigación, publicada en Geophysical Research Letters, plantea el descubrimiento del nuevo fenómeno, no entrega una explicación para éste.
“Esta disrupción atmosférica es un nuevo fenómeno meteorológico, el cual no ha sido observado otros planetas. Debido a esto, es que todavía es difícil entregar una interpretación física confiable”, concluyó Javier Peralta, astrónomo de la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) quienes estuvieron a cargo del descubrimiento del evento.
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