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“Casi no nos podemos imaginar un lugar peor para la vida”. Esas fueron las palabras usadas por Sergio Martín, astrónomo del observatorio ALMA, para definir al planeta Venus en una entrevista a CNN Chile a principios de mes.
Sin embargo, una nueva investigación realizada por la Universidad de California Riverside (UCR), señaló que Venus no sería el “infierno” sofocante y sin agua que es hoy, si no hubiera sido por Júpiter, planeta que alteró su órbita alrededor del sol, otorgándole las extremas características que posee actualmente.
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Cuando Júpiter comenzó a formarse como planeta, hace unos 4.500 millones de años, se acercó y alejó del sol “debido a las interacciones con el disco del que se forman los planetas, así como con los otros planetas gigantes”, señaló la universidad en su página web. Este constante movimiento a su vez afectó a Venus.
Su capacidad de perturbar las órbitas de otros planetas se debe a que Júpiter posee una masa que es dos veces y media la de todos los demás planetas de nuestro sistema solar, combinados.
Stephen Kane, astrobiólogo de la UCR y quien dirigió el estudio, recalcó que el movimiento de Júpiter probablemente fue lo que encaminó a Venus a su inhóspito estado actual. “Una de las cosas interesantes de este planeta hoy es que su órbita es casi perfectamente circular (…) Con este proyecto, quería explorar si la órbita siempre ha sido circular y, de no ser así, ¿Cuáles son las implicaciones de eso?”.
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“A medida que Júpiter emigraba, Venus habría experimentado cambios drásticos en el clima, calentándose, enfriándose y perdiendo cada vez más agua en la atmósfera“, enfatizó.
Kane manifestó la importancia de comprender lo que le sucedió a este planeta, ya que alguna vez fue habitable y sin embargo, ahora posee temperaturas superficiales de hasta 426.6 grados Celsius.
“Me concentro en las diferencias entre Venus y la Tierra, especialmente en aquello que salió mal para Venus, para que podamos obtener una idea de cómo la Tierra es habitable y qué podemos hacer para pastorear este planeta lo mejor posible“, indicó.
Los resultado del estudio fueron publicados en la revista Planetary Science Journal .
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