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Sistemas de visión infrarrojos que miden tu temperatura en menos de un segundo o drones que sobrevuelan zonas donde se logra identificar los sectores donde habitan más personas contagiadas. Esos son sólo algunas delas futuristas innovaciones que ha entregado la tecnología y que se han puesto en práctica en países tan afectados como China.
Porque si la inteligencia humana aún no logra frenar al virus, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en nuestro mejor aliado. Esta es una rama de la ciencia informática que combina disciplinas de software, lógica, informática y filosofía. El objetivo es que aparatos tecnológicos realicen funciones que se pensaban exclusivamente humanas, como percibir el significado del lenguaje, aprender, reconocer expresiones faciales, etc.
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Acá le informamos sobre algunas iniciativas que implementan esta tecnología y que están cobrando protagonismo frente al COVID-19:
Rastreo
La startup canadiense Blue Dot se dedica a la vigilancia de enfermedades infecciosas. Utilizan la inteligencia artificial para rastrear informes de noticias en idiomas extranjeros, redes de enfermedades de animales y plantas y declaraciones oficiales para avisarle a sus clientes que eviten zonas de peligro. Fue así como el 31 de diciembre, sus indicadores ya mostraban antes que todos, una advertencia sobre la epidemia de Wuhan.
“Nuestro sistema global de alerta temprana, combina más de 100 conjuntos de datos con algoritmos patentados, para brindar información crítica sobre la propagación de enfermedades infecciosas”, se lee en la página web de la empresa.
Diágnostico
Alibaba Group ha compartido su tecnología de diagnóstico del coronavirus para su uso gratuito en todos los hospitales del mundo. El mecanismo utiliza algoritmos e inteligencia artificial, para analizar imágenes de tomografía computarizada en 20 segundos para establecer casos sospechosos, con una precisión del 96%. Esta herramienta ya se ha utilizado en más de 260 mil casos clínicos en 160 hospitales chinos y distintos centros de salud en Japón, Malasia y Holanda se han puesto en contacto para implementar esta tecnología.
Tratamiento
La compañía japonesa Terra Drones está ayudando a trasladar suministros médicos desde el centro de control de enfermedades de Xinchang en China, al hospital de esa ciudad sin exponer al personal. Según los informes del GPS World, usar drones reduce el tiempo de transporte en un 50% en comparación con el traslado en automóviles y además no expone a los repartidores humanos a ningún riesgo de contagio.
La empresa danesa Blue Ocean Robotics desarrolló unos robots autónomos de desinfección que a través de luz ultravioleta son capaces de matar virus y bacterias. La iniciativa que ya está siendo utilizada en hospitales de china, tienen un efecto germicida que elimina prácticamente todos los organismos contaminantes en el aire y en las superficies de una habitación, dada la luz de UV-C concentrada.
Big data observado desde Chile
Mauro Arancibia es CEO y co fundador de Merlin Research, también es especialista en diálogos inteligentes entre personas y sistemas. Asegura que “las aplicaciones de las tecnologías de Inteligencia Artificial, incluyendo en este término las tecnologías de analítica avanzada de datos, al contexto de una pandemia son enormes”
Afirma que sus “aplicaciones van desde el descifrado del código genético del virus o de cualquiera de sus posibles mutaciones, hasta sistemas de Inteligencia Artificial que pueden leer las bases de datos de algún repositorio, detectar personas de riesgo por edad o ubicación geográfica etc. Y a ello, hacerles una entrevista en lenguaje natural para detectar si tiene algún síntoma que pudiera justificar conducirlo a algún protocolo de tratamiento”.
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“En las etapas de anticipación, detección de factores claves y de tratamiento, tienen un enorme campo para combatir esta clase de situaciones, lo más difícil ocurre en el eslabón donde los tomadores de decisión deben tener la preparación para comprender el uso de estas tecnologías en situaciones de mucha presión y responsabilidad”, expresa Arancibia.
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