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A los pies de ciertos arbustos del Desierto Mojave, Estados Unidos, pequeñas y peludas manchas dan saltos por la arena del desierto como si fueran plantas rodadoras.
Algunas son frutos peludos que producen las plantas creosote. Otras son avispas blancas de la especie Dasymutilla gloriosa, las cuales tienen poderosos aguijones y sedoso cabello blanco.
Ambas pelotas son prácticamente idénticas. Por lo que los entomólogos siempre asumieron que dichas avispas desarrollaron este pelo para camuflarse y hacerse pasar por los frutos del creosote. Hasta que Joe Wilson indagó en el tema.
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Estudiando a estas especies peludas, el doctor descubrió que estos insectos datan en Norteamérica desde hace 5 millones de años. Sin embargo, registros fósiles demuestran que los arbustos creosote evolucionaron en Sudamérica y viajaron, de alguna forma, al norte en la Era de Hielo, estableciéndose en el Desierto Mojave solo hace unos 100.000 años.
En escala evolutiva, dicha cifra es tan sólo un pestañeo, por lo que Wilson refutó la teoría de que las avispas se adaptaron a la apariencia del fruto de estas plantas. Quedó entonces la pregunta “¿por qué estos insectos son blancos?”
Décadas después, el especialista junto a un equipo logró encontrar la respuesta: la coloración de esta avispa pudo haber emergido como una estrategia para mantenerse fresca en la ardiente arena, de acuerdo a un estudio publicado en Biology Letters.
Mientras más fresca se encontrara la avispa de esta especie, mejor podía cumplir el propósito de su vida: parasitar un nido para sus crías.
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Wilson explicó a The New York Times que al parecer la selección natural habría dejado a las avispas más blancas como el gen dominante. Esto a pesar de que su color blanco las haría susceptibles a ser presa de los depredadores, la ventaja estaba en su capacidad reproductiva.
Además, luego de pasar a la especie por pruebas de luz ultravioleta (la cual es mejor apreciada por las personas que los animales), los insectos no destacaron exceso, por lo que ser de dicho color en medio del desierto no era una desventaja para la supervivencia de esta pequeña y peluda avispa.
“Sólo porque algo sea similar a una hoja, no significa que se vea como ‘una hoja’ para todos”, concluyó el especialista.
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