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Durante años, los astrónomos aficionados han estado esperando que un cometa brillante pasara por la Tierra y, finalmente, pudo haber llegado ese ansiado momento.
La posible “obra maestra celestial” se conoce como Comet ATLAS o C/2019 Y4. Fue descubierto el 28 de diciembre de 2019, pero lucía bastante débil. Desde entonces, se ha iluminado tan rápidamente que los astrónomos tienen grandes esperanzas por el espectáculo que podría ofrecer.
Sin embargo, dada la naturaleza engañosa de los cometas, los observadores del cielo también son cautelosos para no hacerse ilusiones, sabiendo que el cometa puede desvanecerse, publicó este viernes el sitio especializado Space.
Hace tiempo que que un cometa no le da los observadores del cielo un buen espectáculo. En marzo de 2013, el cometa PanSTARRS fue visible justo después del atardecer, aunque poco en el cielo occidental.
El cometa Lovejoy en 2011 y el cometa McNaught en 2007 evolucionaron a impresionantes objetos brillantes en el cielo, y cuando estaban en su mejor momento, solo eran visibles desde el hemisferio sur.
Optimismo con cautela
El nombre del cometa es el acrónimo del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS, por sus siglas en inglés), un sistema de inspección astronómica robótica con sede en Hawái y optimizado para detectar objetos más pequeños cerca de la Tierra, unas semanas o unos días antes de su aproximación más cercana. Pero en ocasiones, este sistema también encuentra un cometa como ATLAS.
Cuando los astrónomos vieron por primera vez a ATLAS en diciembre, estaba en la Osa Mayor y era un objeto extremadamente tenue, cercano a la magnitud 20. Eso es aproximadamente 398 mil veces más tenue que las estrellas que se pueden observar a simple vista. En ese momento, se encuentra a 439 millones de kilómetros de nuestro sol.
Un famoso linaje
Otro factor que genera esperanzas sobre el deslumbrante potencial de ATLAS, es que su órbita es casi idéntica a la del llamado Gran Cometa de 1844.
Al igual que el de 1844, ATLAS sigue una trayectoria que requeriría 6.000 años por órbita y lo llevaría más allá de los límites exteriores del sistema solar, a aproximadamente 92 mil millones de kilómetros del sol.
Probablemente, en el pasado lejano, un cometa mucho más grande ocupó esta misma órbita, pero se fragmentó en varios pedazos, incluido el cometa 1844 y ATLAS, al rodear al sol.
Dónde mirar y qué esperar
Lo único que le queda a los amantes de los cielos es rastrear el cometa ATLAS en los próximos días y semanas.
“Deberíamos esperar que la tasa de aumento vuelva a disminuir”, dijo Carl Hergenrother, un observador asiduo de cometas con sede en Arizona, Estados Unidos. “Aquí es donde se vuelve difícil predecir qué tan brillante se volverá“.
Afortunadamente, su camino en marzo y abril será muy favorable para los observadores del hemisferio norte, ya que será circumpolar y permanecerá siempre por encima del horizonte.
En cuanto a cuán brillante será el cometa ATLAS, eso es una incógnita. Puede ser apenas visible a simple vista en condiciones de cielo oscuro a mediados o finales de abril.
A mediados de mayo, cuando desaparezca en el crepúsculo brillante de la tarde, tal vez haya brillado a una segunda magnitud, casi tan brillante como Polaris, la Estrella del Norte.
“Será divertido en las próximas semanas ver el desarrollo del cometa ATLAS y proporcionar una buena distracción del estado actual del mundo“, escribió Hergenrother. “¡Esto es para una buena salud y cielos despejados!”, agregó.
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