Una investigación a una de las colecciones más valiosas de fragmentos de pergaminos del Mar Muerto reveló una incómoda verdad: ninguna de las 16 piezas son auténticas.
Los pergaminos en cuestión contienen manuscritos religiosos que conforman los pilares y fundamentos más antiguos del Antiguo Testamento, que datan del siglo III a.C. (o antes).
La gran mayoría de estos antiguos y desgastados textos están en exhibición en Jerusalén. Aún así, una gran cantidad de fragmentos circulan en el mercado de los privados, donde son adquiridos por coleccionistas millonarios y museos.
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Desafortunadamente, muchos investigadores especialistas en el área de la arqueología bíblica sospechan que algunas de éstas supuestas reliquias -especialmente un misterioso cuerpo de fragmentos descubiertos en 2002- son falsificaciones de alta calidad, capaces de engañar incluso a expertos.
Esta decepcionante noticia fue confirmada a finales de 2018, cuando el Museo de la Biblia, ubicado en Washington DC, reveló que los últimos 5 fragmentos de pergaminos del Mar Muerto adquiridos para su exhibición eran falsas.
Desde entonces el museo se ha dedicado a realizar más pruebas científicas para confirmar si el resto de sus fragmentos de pergaminos (los cuales, según se rumorea, que fueron adquiridos por millones de dólares) son auténticos. Resulta que ahora, tras los resultados, se descubrió que no lo son.
“Luego de una exhaustiva revisión del resultado de los análisis científicos y de imagen, es evidente que ninguno de los fragmentos textiles que conforman la colección de pergaminos del Mar Muerto del Museo de la Biblia son auténticos”, asevera Colette Loll, investigadora especialista en fraudes del arte, además de fundadora y directora de Art Fraud Insights.
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“Más aún, cada objeto tiene características que sugieren que son falsificaciones deliberadas creadas en el siglo XX con la intención de imitar a los fragmentos auténticos de los fragmentos de pergaminos del Mar Muerto”, agrega Loll.
Liberando los resultados del análisis en un grueso reporte de 212 páginas, la experta explica cómo los 16 fragmentos de las colecciones del museo fueron sometidos a pruebas científicas, incluyendo la transformación de virus multiespectral y reflectante, la observación a través de microscopios normales y 3D, pruebas microquímicas y más.
El detalle es que los fragmento analizados muestran signos de escritura moderna inscrita sobre depósitos de cuero arqueológico, cubiertos con un pegamento de origen animal, lo que actuó como refuerzo del material mientras replicaba la superficie de los fragmentos de pergamino originales, las cuales están escritas en papiro.
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