Meteorito ilumina a Aysén - (02:55)
Hace unos 4,5 mil millones de años, una espiral de gas y polvo alrededor del sol formó a la Tierra. Y al comienzo, nuestro planeta estaba seco.
Los cuerpos de agua que hacen a la Tierra única entre sus hermanos del Sistema Solar aún no se habían formado. Y hasta el día de hoy, los científicos no están seguros de cómo el elemento llegó a nuestro planeta en primer lugar.
Un nuevo estudio apuntó a resolver este antiguo misterio a través de una detallada observación de la composición de los meteoritos. Los resultados sugieren que estos visitantes rocosos podrían haber cargado el agua que hoy vemos y disfrutamos.
El estudio fue publicado en la revista Science.
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De acuerdo con los modelos del Sistema Solar, la Tierra debió haber sido un planeta seco, lo que significa que no habría existido la vida como la conocemos hoy. Pero la presencia de océanos y mares, ha anonadado a los científicos por siglos.
Investigaciones previas sugieren que el agua cayó a la Tierra a través de asteroides y meteoritos que chocaron con la superficie del planeta en sus etapas más tempranas y caóticas. Sin embargo, otras teorías sugieren que el agua siempre estuvo presente en nuestro pequeño punto azul, oculta en las piedras que lo conforman.
El equipo de investigadores detrás de esta nueva investigación, indagaron en muestras de meteoritos de enstatita condrita, un raro tipo de roca espacial que los científicos creen que se forma en la nébula que le dio la vida a nuestro Sistema Solar.
Éste material habría estado expuesto al calor y radiación de un joven Sol durante su formación, por lo que los científicos teorizan que habrían estado demasiado secos como para hacer que el agua cayera a la Tierra.
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En vez de eso, los astrónomos asumen que el agua cayó a nuestro planeta después de su formación, a través de meteoritos de condrita carbonosa, los cuales provinieron de fuera de nuestro Sistema Solar.
Para tratar de llegar a una conclusión, los investigadores detrás del estudio midieron la cantidad de hidrógeno en 13 muestras de meteoritos de enstatita condrita. Sus análisis revelaron que estas rocas espaciales cuentan con mucho más hidrógeno del que se creía previamente.
Basado en el descubrimiento, estos antiguos meteoritos podrían haber contado con suficiente hidrógeno como para gatillar una proto-Tierra con al menos tres veces más agua que los océanos terrestres actuales.
Por esto, los investigadores concluyeron que el agua de nuestro planeta pudo haber provenido de las mismas rocas que le dieron vida a nuestro pequeño punto azul.
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