Una paciente sueca con una mano amputada se transformó en la primera persona en ser beneficiada por un implante óseo-neuromuscular para controlar la prótesis de su mano derecha.
En una cirugía pionera en su tipo, implantes de titanio fueron colocados en ambos huesos del antebrazo, los cuales conectan a través de electrodos los nervios y los músculos con la mano prostética, para así poder generar estímulos sensitivos.
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Esto lo transforma en el primer trasplante clínicamente viable de prótesis diestro que, a la vez, es sensible al tacto. El descubrimiento se atribuye al proyecto europeo DeTOP.
La tecnología del nuevo implante fue desarrollada en Suecia por un equipo liderado por el doctor Max Ortiz Catalan en Integrum AB -la compañía detrás de los más grandes avances en prótesis del mundo- y también en la Universidad Chalmers de Tecnología.
Esta cirugía -la primera de su tipo- fue liderada por el profesor Rickard Brånemark y el Dr. Paolo Sassu y se llevó a cabo en el Hospital Universitario de Sahlgreska, como parte de un proyecto mucho más grande financiado por la comisión europea Horizon 2020.
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Otras prótesis de mano actuales tienen respuestas sensoriales limitadas: no entregan sensación táctil ni quinésica, lo que hace que el usuario dependa únicamente de su visión para manejar la prolongación. De esta forma, no se dan cuenta de qué tan fuerte sostienen un objeto o cuándo hacen contacto con otro elemento.
Implantando electrodos en los nervios que antes se conectaban al miembro perdido, los investigadores pueden estimular eléctricamente las conexiones neuronales de una manera similar a como lo hace una mano biológica.
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