Una convincente investigación de la Agencia para la Investigación del Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que un simple “biomarcador” en la orina puede transformarse en un efectivo test predictivo contra el cáncer de vejiga, señalando la presencia de la enfermedad hasta 10 años antes de que comiencen a aparecer signos clínicos.

El cáncer de vejiga es difícil de tratar en sus etapas tempranas. En la actualidad, la mejor técnica de diagnóstico disponible es un invasivo proceso llamado cistoscopia. Muchos biomarcadores que se activan con la orina están siendo investigados, pero ninguno ha sido verificado clínicamente al punto de ser recomendado ampliamente.

Incluso así, éstas herramientas relacionadas con la orina podrían solo ser efectivas al momento de vigilar casos activos y no para detectar de forma temprana la enfermedad.

Por muchos años los investigadores han sabido que las mutaciones en el gen de la telomerasa transcriptasa inversa (TERT) son increíblemente comunes en muchos de los casos de cáncer a la vejiga. Éstas alteraciones al TERT pueden ser detectadas a través de pruebas de orina, pero hasta ahora no se ha clarificado si éstos biomarcadores son herramientas útiles de detección temprana.

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Para investigar ésta posibilidad, los científicos de IARC colaboraron con un grupo de investigadores iraníes que trabajaban en una investigación de largo plazo llamada Golestan Cohort Study.

El proyecto comenzó en 2004, reclutando a más de 50 mil sujetos de estudio saudables para realizar un estudio de seguimiento a su salud. Al comienzo del proyecto se construyó un banco de sangre de bioespecímenes y se tomaron muestras de orina, cabello y uñas, ofreciendo una valiosa base para el estudio.

“Con la recolección de las muestras de orina de los 50.045 individuos iraníes y su posterior seguimiento de más de 10 años, el Golestan Cohort study es uno de los pocos cohortes basados en la población que entregan la oportunidad de evaluar la detección del cáncer en etapas preclínicas”, aseguró Reza Malekzaded, coautor de la investigación y jefe de los expertos del Golestan Cohort Study a NewAtlas.

38 individuos del cohorte del estudio desarrollaron cáncer de vejiga y las mutaciones al TERT pudieron ser detectadas en el 46,7% de los casos. Y quizá más importante, ninguna mutación al TERT fue detectada en el grupo de control de 150 pacientes libres de la enfermedad.

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“Nuestros resultados proveen la primera evidencia de un futuro estudio de cohorte basado en sujetos reales para la promoción de pruebas de orina para detectar las mutaciones al TERT, como una forma prometedora y no invasiva de utilizar biomarcadores para la detección temprana de cáncer a la vejiga“, agregó Ismail Hosen, investigador del estudio.

Los investigadores admiten que éste se trata de un estudio piloto temprano, con una pequeña muestra de sujetos con cáncer, así que la naturaleza predictiva de las mutaciones al TERT necesitarán ser investigadas más intensamente antes de poder ser usadas clínicamente.

Aún así, ésta es una técnica sorprendentemente prometedora, simple y barata para la detección del cáncer de vejiga. Si se validara para estudios más amplios, podría ofrecer a los profesionales de la salud nuevas herramientas para detectar el cáncer de forma temprana.

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