Ernest Hemingway valoraba el dormir por una buena razón. El novelistas veía la siesta como una forma de limitar los daños que presenta la vida. “Amo dormir, mi vida tiende a arruinarse cuando estoy despierto”, declaró el escritor.
Las observaciones de Hemingway podrían ser más ciertas de lo que él imaginaba. Científicos descubrieron que ADN roto se acumula en las neuronas durante el día, y el daño se repara sólo cuando se duerme.
“Creo que esta es una de las razones claves de las porque necesitamos dormir”, afirmó Lior Appelbaum de la Universidad de Ber-Ulan en Israel, para The Guardian.
“Un periodo fuera de línea nos da tiempo para arreglar todo para el día siguiente, nos entrega un nuevo comienzo antes de que estemos ocupados con estar despiertos de nuevo”, agregó.
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Para ser un acto tan universal, el sueño tiene enormes beneficios. Se ha demostrado que en una amplia variedad de organismos (desde moscas hasta medusas) restaura el cuerpo, además de ayudar al aprendizaje y a la memoria. Pero a pesar de extensivas búsquedas el propósito del sueño aún es misterioso.
Appelbaum y su estudiante, David Zada, razonaron que si el sueño ha evolucionado en todos los organismos con un sistema nervioso, puede ser que esté trabajando a nivel celular en el cerebro.
Para descubrirlo modificaron genéticamente a pequeños y transparentes peces cebra para que los cromosomas en sus neuronas cargaran con poderosas etiquetas químicas.
Los investigadores luego ocuparon un microscopio especializado para observar como los cromosomas se movían al interior de las neuronas, y que tan seguido el ADN se rompía tanto cuando los peces dormían, como cuando estaban despiertos.
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Cuando los peces estaban despiertos, los cromosomas no se movían mucho y trozos sueltos de material genético se acumulaba en las neuronas como algo natural en el día a día.
Si los peces eran privados del sueño -golpeando su pecera por ejemplo- algunas de las neuronas acumulaban tanto daño al material genético que quedaban en peligro de muerte.
Pero cuando los peces dormían el panorama cambiaba. Los científicos notaron que los cromosomas cambiaban de forma mucho más seguido en los peces que dormían, y que el ADN dañado en sus neuronas se desplomaba.
Lo mismo pasaba cuando los investigadores añadían una droga que inducia el sueño en la pecera, causando que los peces se quedaran dormidos en el día.
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Appelbaum afirmó que los cromosomas estaba constantemente cambiando de forma para permitir que los mecanismos naturales de reparación de las células arreglaran el daño del ADN en diferentes puntos.
Cuando se está despierto, el trabajo de mantención no mantenerse al ritmo en que el daño se acumula. Sin embargo, en las horas de sueño, dicho mecanismo tiene la oportunidad de llevar a cabo el trabajo.
“Es sorprendente porque el cerebro entra en un estado de descanso, pero los cromosomas se mueven el doble mientras dormimos“, declaro Appelbaum.
“Si bien las reparaciones ocurren durante el día, el sueño te permite ponerte al día con el daño causado“, concluyó.
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