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Cuando las personas escuchan la palabra clamidia, generalmente piensan en infecciones de transmisión sexual. Y es cierto que las bacterias específicas que causan clamidia generalmente dependen de las interacciones con otros organismos para sobrevivir.
Entonces, cuando un equipo de investigadores descubrió varias especies nuevas relacionadas con la clamidia en las profundidades del Océano Ártico, en un lugar sin oxígeno y sin un organismo huésped aparente quedaron sorprendidos.
“Encontrar Chlamydiae en este entorno fue completamente inesperado y, por supuesto, planteó la pregunta de qué demonios estaban haciendo allí”, aseguró Jennah Dharamshi, estudiante de doctorado en la Universidad de Uppsala en Suecia y autora principal del estudio reciente, en un comunicado de prensa.
Los hallazgos, publicados la semana pasada en Current Biology, podrían arrojar nueva luz sobre cómo la clamidia llegó a infectar a humanos y otros animales.
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Se encontraron con un gran número de primos de la clamidia que viven entre 0.1 y 9.4 metros por debajo del fondo marino, y descubrieron que las nuevas especies estaban estrechamente relacionadas con las bacterias que causan infecciones en humanos y otros animales.
Bacterias ‘excepcionalmente abundantes’
Si bien los investigadores no encontraron organismos hospedantes de los que dependieran estas nuevas bacterias para sobrevivir, dijeron que la especie podrían alimentarse de otros microorganismos que conviven junto a ellas en las profundidades del sedimento oceánico.
“Descubrir que Chlamydia tiene parientes de sedimentos marinos nos ha dado nuevas ideas sobre cómo evolucionaron los patógenos de clamidias”, dijo Dharamshi.
Un equipo de investigadores internacionales hizo el descubrimiento recolectando muestras durante una visita al Castillo de Loki, un campo de respiraderos hidrotermales en el Océano Ártico entre Groenlandia, Islandia y Noruega.
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Lo que hace que este descubrimiento sea particularmente interesante, según los científicos, es el entorno en el que se encontraron las bacterias.
A un nivel tan profundo debajo de la superficie del océano, casi no hay oxígeno y una presión extremadamente alta. Pero los investigadores dijeron que encontraron que las nuevas especies de bacterias eran “excepcionalmente abundantes” en esta parte del océano; en algunos casos, incluso eran las bacterias dominantes.
Eso podría sugerir que la clamidia y las bacterias relacionadas juegan un papel mucho más importante en la ecología marina de lo que se sabía previamente, dijeron los investigadores.
Por ahora, los científicos no saben con certeza cuál es ese papel. Pero este último descubrimiento indica que podría haber más de estas bacterias en las profundidades de la superficie del océano. Y eso podría conducir a algunas respuestas.
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