VIDEO RELACIONADO – Científicos logran crear “mini-hígados” con células de piel humana (01:26)
La investigación es la prueba de un concepto para una tecnología potencialmente revolucionaria que podría aportar a un futuro donde no se necesiten donantes de órganos.
“El avance es un paso muy importante porque ahora sabemos que podemos realizar procesos similares”, afirma Alejandro Soto-Gutiérrez, investigador de medicina regenerativa de la Universidad de Pittsburg a Inverse. “Puedes crear un órgano completamente funcional a partir de una célula de tu piel”, agregó.
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“La cantidad de gente que requiere un órgano para seguir sobreviviendo supera por mucho la oferta existente para poder suplir esa necesidad. Un ejemplo es que en Chile, por año, cerca de 2 mil personas necesitan un nuevo riñón, mientras que la disponibilidad de éstos es sólo de 200. Si bien los números no difieren mucho cuando se trata de hígados, la urgencia de las operaciones hepáticas hace más complicada la situación”, dijo Andrés Boltansky, jefe del Centro de Trasplante de la Clínica Dávila.
“Esto sin contar los elevados costos de las operaciones, un trasplante implica, dependiendo del órgano, muchos días de hospitalización. Además de considerar el personal especializado y la utilización de implementos o los casos extremos donde el paciente necesita apoyo vital mientras espera un órgano”, agregó Boltansky.
En un futuro lejano, esta tecnología de biofabricación podría ayudar a terminar la falta de órganos, acelerar los procesos de trasplante y abaratar los costos. La tecnología también permitiría aumentar el éxito de los órganos trasplantados en el cuerpo de los pacientes, además de mejorar la vida de las personas con fallas hepáticas mientras esperan un hígado definitivo.
“Estamos planeando la fabricación de mini-órganos humanos universales. Es decir que puedan ser afectados por todos los tipos de cuerpos”, explica Soto-Gutiérrez.
Para fabricar estas pequeñas estructuras biológicas, el experto y su equipo tomó muestras de células de la piel de un grupo de voluntarios humanos. Luego, reprogramaron dichas unidades para que se transformaran en células madre pluripotentes (iPSCs por sus siglas en inglés), utilizando diferentes factores de transcripción. Después guiaron a las iPSCs para que se transformaran en diferentes tipos de células de hígado, para poder implantarlas en andamios hepáticos que irían en ratas a las que les quitaron sus propias estructuras hepáticas.
Este proceso demoró más de una década en realizarse, pero menos de un mes en que estos mini-hígados crecieran. Sin embargo, los científicos precisaron en su paper que en un ambiente natural, demoraría más de dos años en desarrollarse.
El equipo trasplantó los hígados a cinco ratones que fueron criados para estar inmunodeprimidos, lo que disminuyó sus posibilidades de rechazar el órgano. Cuatro días después de la operación, el equipo viviseccionó a los animales para ver que tan bien estaban operando sus hígados.
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En todos los sujetos se desarrollaron problemas de flujo sanguíneo dentro y alrededor del injerto. Aún así, los mini-hígados trasplantados funcionaron, ya que las ratas tenían proteínas hepáticas humanas en su suero sanguíneo. Los órganos secretaron ácidos biliares y urea, al igual que un hígado normal.
Los trasplantes funcionaron al 100% por cuatro días en el cuerpo de las ratas. El equipo espera aumentar su funcionalidad, para probarlos en animales con expectativas de vida más largas y eventualmente hacer investigaciones sobre este acercamiento en humanos. “Es un tema que todavía suena como ciencia ficción, pero que puede volverse real en algún futuro cercano. Existen varias iniciativas, entre ellas una la que se realiza en el estudio, que buscan tomar células del cuerpo y modificarlas para suplir las necesidades. También se experimenta cultivar órganos en animales con células humanas para después usarse en trasplantes. Ambas se podrían transformar en las respuestas para solucionar la falta de órganos disponibles”, concluye el especialista.
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